La paciencia

La paciencia

Ficha

  • Datos de funciones:

    Sábados 20hs
    EL CAMARÌN DE LAS MUSAS
    Mario Bravo 960

  • Prensa:

    Caro Alfonso

 

Nunca debimos habernos alejado tanto del grotesco

Wim Wenders, un director de culto alemán y prestigio internacional, fue contratado por el Ayuntamiento de Tokio para hacer una película sobre sus majestuosos baños públicos. Para lograr este raro pedido el director decidió enfocar su cámara en un héroe anónimo: un limpiador de baños. El resultado es una película sensible y etérea, que respeta profundamente la filosofía nipona y muestra belleza en un lugar dónde no se lo espera. A su vez, resulta una defensa irrefutable del servicio público, del espacio comunitario, de la posibilidad del encuentro humano.

Es posible preguntarse cómo sería esa película hecha en distintas ciudades del mundo. Tenconi Blanco, en sus redes, propuso la versión montevideana dónde el protagonista quiere escribir un libro que no escribe, una novela luminosa.

Se puede decretar sin despeinarse que la versión bonaerense de esta película debería ser algo, si no igual, parecido a La Paciencia (fatídica sindical)

 La obra de Macarena García Lenzi tiene lugar en “Honrar La Vida”, un hospital que brinda cuidados paliativos a pacientes terminales. Las protagonistas de la historia no son ni los directores de la institución, ni los médicos, ni nadie que esté al frente. La obra sucede en la trinchera. Ludmila (Noelia Prieto) y Silvina (Valeria Giorcelli) son dos enfermeras de turno tratando de sobrevivir a la precariedad mientras su jefa Gloria (Karina Elsztein) las representa en una manifestación.

 Lo que está frente al espectador es el márgen o el márgen del márgen. En el fondo, detrás de una cortina, los pequeños cubículos dónde están los convalecientes. Lo que está en el frente, invirtiendo la realidad, es la sala de enfermeras. Ese lugar misterioso que queda siempre fuera de la vista del paciente y de la familia. Que es lugar de conjeturas y especulaciones ridículas. En La Paciencia todas ellas cobran vida.

Ludmila y Silvina atienden como de costumbre a los pacientes de la clínica. A pesar de la precariedad y de la puja sindical que sucede en la calle, ellas están pendientes de cumplir con todas las demandas administrativas y de ser piadosas con los enfermos. Sin embargo, Varela, uno de ellos, está fastidioso e insiste en querer ser atendido por Gloria. Entre las dos tratan de cumplir con el trabajo pero algo sale mal. Este disparador será uno de muchos momentos que emergen de ese limbo dónde la muerte y la supervivencia tironean desde los dos lados de la cortina. Cuando Gloria llega, empieza a girar esa rueda de desconfianza y corporativismo.

El humor y la poesía son las dos formas más potentes de soportar la verdad. Si existe un lugar dónde florece el humor negro como en ningún otro, es en un hospital. El mejor humor negro jamás dicho vendrá siempre de la boca de un personal de la salud. La obra de García Lenzi no hace más que investigar, condensar y poner en acción la verdad que circula todos los días en esos pasillos.

Lo hace desde un fuerte compromiso ideológico. La Paciencia es una obra que se centra alrededor de la mujer que habita ese márgen. Los hombres están siempre fuera de escena, no tienen agencia, ni influencia. En efecto, son literalmente cosificados.

Lo que sí tiene influencia son las cámaras. Distintas cámaras hacen un juego de planos en los que la obra logra llevar ese mundo que ya es el detrás de escena del hospital a un márgen aún más alejado. Va desovillando esa intimidad en la que se puede conocer cada vez aún más a esas enfermeras y sus miserias. Las escuchamos cuando hablan detrás con los pacientes con voz infantil y juguetona; cuando vuelven a la sala y dejan salir sus quejas y reclamos; cuando evitan las cámaras y escamotean algo para ellas o para los internados; y, también, cuando hablan una a la espalda de la otra dejando al desnudo el último hueco recóndito de sus corazones congelados.

Si se puede hipotetizar que La Paciencia es la versión rioplatense de Perfect Days es porque el sentir nacional es el melodrama y la forma más autóctona es el grotesco. Lo tragicómico. La lupa que deforma. Es Babilonia, Esperando la Carroza y La Omisión de la Familia Coleman.

“Honrar La Vida” es una cáscara glamourosa con el corazón lleno de agujeritos. La Paciencia es, salvo para algún despistado, el homenaje más honesto que se puede hacer a la labor de las enfermeras. El que a ellas les gustaría ver, sin lugar a dudas.

Ficha:

Dirección: Macarena Garcia Lenzi

Elenco: Noelia Prieto, Valeria Giorcelli y Karina Elsztein

Género: Comedia Negra

Categorías: Reseñas

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