Oppenheimer

Oppenheimer

Ficha

  • Prensa:

    Raquel Flotta

 

Mucho más que una explosión

El 6 de agosto de 1945 el mundo entero conoció a la bomba atómica, cuando se lanzó por primera vez, destruyendo la ciudad e Hiroshima y poniendo fin a la Segunda Guerra Mundial. El hombre detrás del proyecto fue el físico teórico Robert Oppenheimer, él estuvo a la cabeza de un enorme equipo que buscaba lograr la hazaña de construir el dispositivo de destrucción masiva más grande y potente conocido hasta el momento. Todo esto ocurrió bajo la presidencia de Harry H. Truman (Gary Oldman).

Cada una de las piezas que forma parte de este engranaje cinematográfico, es importante, por eso hay de ir pieza por pieza para que todo tenga sentido.

En esta película de Christopher Nolan se cuenta el ante, durante y después de este proyecto, con sus respectivas consecuencias. El protagonista de la historia, sabía que la teoría tenía sus límites y le gustaba rodearse de quienes hacían, aquellos que llevaban a la práctica todo lo que los de su clase pensaban y ponían en palabras; al momento de ser convocado su palabra era la más respectada en el rubro.

Para empezar a hurgar en las 3 horas que lleva contar esta historia, vale indicar que su director no solo tenía muy claro que quería hacer, sino como hacerlo dese la técnica, para que el resultado sea lo que imaginó. Es por esto que optó por grabar en rollos IMAX 70mm, teniendo como resultado final una cinta de casi 18km y 272kg ¿qué logra con esto? el mejor aprovechamiento espacial y una calidad muy superior a la media tanto en imagen como en audio; por eso también se recomienda verla en un cine IMAX, lo que eleva aún más la experiencia.

Oppenheimer (Cillian Murphy) se centraba en su interés científico, pero más allá de eso estaba en juego de manera permanente la parte humana y la ética de lo que estaba haciendo porque sabía que en definitiva, su creación sería utilizada para matar gente… mucha gente. Más allá de sus contradicciones interiores, debía lidiar con un equipo de mentes brillantes y las tensiones lógicas, tenía que mediar entre las múltiples miradas y pensar en frío porque ante el mínimo error, el resultado podría ser catastrófico.

A eso se le sumaba un tercer escollo, el jugar a dos frentes en el amor, por un lado su mujer (Emily Blunt) y por otro su amante (Jean Tatlock).

Pero como nunca es suficiente, tenía una gran enemiga: la sospecha (o acusación) permanente de ser comunista… aunque en realidad si bien estaba cerca, no lo era, al menos no formalmente. Por eso fue perseguido y hasta acusado de traidor luego del fin de la Guerra.

Nadando en medio de todas estas corrientes, está Lewis Strauss (Robert Downey Jr), el Secretario de Comercio, un personaje intrigante que siempre parece esconder algo, muy cercano a Oppy (para los amigos).

Es justamente por esto, que el film aparte de hablar de la construcción y uso de la bomba, también muestra procesos judiciales, en lo que se lo juzga a él y luego a otros personajes, por diferentes motivos que se van desencadenando.

Son muchísimos los personajes y nombres importantes que se van presentando, como también los hechos históricos que

se entrelazan para contar los hechos en su completitud, mucha información y explicaciones; a esto se le suma que se muestran diferentes tiempos intercalados y algunos no tienen una diferenciación muy clara, por eso es altamente recomendable prestar mucha atención, para evitar confusiones y cruces erróneos.

Desde lo actoral están todos muy bien, en lo que respecta a los personajes centrales Blunt hace un trabajo correcto, Oldman como siempre se invisibiliza para que nazca el personaje y Matt Damon, en el rol de Leslie Groves, el militar que convoca al científico y es el lazo con el gobierno, hace un gran trabajo.

Ahora tanto Cillian como Robert Downey Jr pueden ir eligiendo ropa para ir a varias ceremonias, ya que seguramente serán nominados para más de un premio.

Cillian por su lado construye un hombre apasionado por lo suyo, ególatra, pero poco expresivo, algo parco, pensante y atento, su tono de voz es siempre tranquilo, casi monocorde incluso en situaciones difíciles. Desde lo corporal, toma una

postura sutil que se vuelve muy orgánica y sobre todo su mirada pareciera estar siempre mirando más allá, casi como en una ensoñación, como muestra de estar mirando para adentro a sus pensamientos y volver de golpe cuando algo merece su atención. Un hombre contrariado, que se alegra por haber logrado su objetivo, pero a la vez ese mismo logro lo ahoga.

Downey por otra parte, desde lo físico está modificado, se convierte en un hombre de mayor edad, orgulloso, seguro de sí y de lo que puede lograr aún a costa de los demás, un escondedor y tanto su cuerpo como su gestualidad hablan por sí solos, cuentan todo aquello que el personaje no dice. Strauss va entrando de a poco en la historia, las primeras horas se lo muestra a cuenta gota, casi como un personaje más, pero a medida que avanza la historia, va llegando de a poco al centro de la escena y la interpretación de Robert crece de la misma forma.

La carga dramática que se maneja es muy fuerte y los actores se comprometen y la desarrollan de la mejor manera.

Para hablar de Nolan hay que saber que (como ya se mencionó) tiene una obsesión con la imagen, como deben verse y sentirse sus producciones, por eso a la hora de la realización, cada paso lo hace teniendo en cuenta lo que va a recibir el espectador en la sala y en este caso, en una puntual. Además sus tiempos son largos y muchas veces lentos.

Por otro lado cada una de sus películas tiene una marcada paleta de colores y tonos. En este caso usa el color como recurso, pasando a blanco y negro al color, sin dejar el resto tiene un aire de época. La fotografía es uno de los puntos que más destacan.

Según indicó el director las escenas en color, son la visión de Oppenheimer, mientras que las blanco y negro, serían las escenas «reales» es decir, como vio el mundo a este caso.

El sonido es impecable y muy bien utilizado, en ciertas escenas que se esperaría una fuerte presencia, juega con las ausencias y la sorpresa.

A nivel producción, todo está a la altura de lo que se puede imaginar que quería Nolan, todo es ganancia.

Una obra de arte que cuenta una fuerte historia real, lo que le agrega al drama, el suspenso y la acción, un tinte de terror al pensar en los hechos. Podría resumirse un poco o tener un ritmo algo más acelerado, per eso le quitaría el sello distintivo de su director, ya que se puede decir que esta película, es 100% Nolan.

Producción impecable, dirección de calidad, protagonistas impecables, un film de alto impacto en varios sentidos. Si la finalidad de ir al cine es relajarse y ver algo pasatista, claramente esta no es la opción, lo es en cambio si la búsqueda tiene que ver con hurgar en la locura humana y todo lo que pasa al momento que a alguien se le ocurre mostrar su poderío ante el mundo, lo que ocurre con los implicados y las consecuencias.

Una historia cruda, de la que tantas veces se escuchó o vio algo casi como ciencia ficción y en este caso se plasma en la realidad. Sin dudas vale guardarse 3 horas para poder saborearla.

Las películas de Nolan siempre son esperadas con muchas expectativas por amantes y detractores, en este caso llegó para complacer a los primeros y dejar en off side a los segundos.

FICHA TÉCNICA

Título original: Oppenheimer

Año: 2023

País: Estados Unidos

Dirección: Christopher Nolan

Guion: Christopher Nolan. Libro: Kai Bird, Martin J. Sherwin

Música: Ludwig Göransson

Fotografía: Hoyte van Hoytema

Reparto: Cillian Murphy, Emily Blunt, Robert Downey Jr., Matt Damon, Florence Pugh, Kenneth Branagh, Rami Malek, Casey Affleck, Ben Safdie, Josh Hartnett

Género: Drama

 

Categorías: Reseñas de cine

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