Ensoñada 1968
Ficha
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Datos de funciones:
Funciones: sábados a las 22.30 hs
Teatro: No Avestruz
www.noavestruz.com.ar/reservas
Dirección: Humboldt 1857, Palermo -
Prensa:
SIMKIN & FRANCO
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Entradas:
Entradas: General $300, Estudiantes y jubilados $200
Informes: 4777-6956
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IG: /ensonada1968
Un juego para enfrentar la noche
La infancia alumbra la noche, la oscuridad de un país en dictadura. A partir del juego como lenguaje central de la obra, chicos y chicas van a representar las voces de sus padres y madres en torno al conflicto laboral en el puerto. Diferentes opiniones políticas que dan luz a un hecho sucedido en septiembre de 1968 en la ciudad de Ensenada donde se desata una huelga llevada a cabo por obreros de YPF con el fin de combatir la extensión de la jornada laboral.
El contexto político de 1966 inaugurado por Ongania bajo la dictadura autodenominada “Revolución Argentina”, el ingreso de capitales extranjeros y las fuerzas armadas asumiendo el rol de la Doctrina de la Seguridad Nacional confluyeron en un clima social de violencia política y una compleja trama de tensiones donde van a surgir diversas huelgas que son el antecedente al Cordobazo, Rosariazo, Viborazo. Además, el contexto mundial marcado por el mayo francés de 1968 da cuenta de un escenario de conflicto global.
En cada escena, los niños juegan a ser obreros, a sostener la huelga, algunos representan a gendarmes y policías, pero les cuesta sostener ese rol. Candela representada por Liguen Pires dice: “no quiero ser policía” porque es un trabajo que implica estar en contra de los intereses de los trabajadores. En cambio, se identifican con Teófilo Garrido, el monumento ficticio de la plaza.
¿Será posible el festival de las cooperadoras? Se preguntan los chicos. Ese interrogante se va diseminando a lo largo de la obra y pasa a un segundo plano cuando Faustino, representado por Guillermo Ferraro, responde: “es la guerra” y los demás corrigen, es la huelga.
El juego ordena la realidad, la organiza y le otorga sentido. Jugar en serio es mantener todo el realismo posible en los gestos, el cuerpo; y justamente este colectivo de diez actores en escena logra su cometido, llevando a cabo un trabajo dinámico, un registro en común que le da una unidad coral al desplazamiento de los personajes, donde dejan entrever la unión del grupo en cada movimiento, utilizando todos los espacios, recorriéndolos con inocencia.
La música marca la transición de una escena a la otra. También sirve para incorporar elementos a la escena y realizar cambios de vestuario.
La iluminación acompaña creando una ambientación que da cuenta de la precariedad de la situación habitacional de estas familias. La escenografía compuesta por tachos de YPF se emplea para darle un doble valor de uso, como elemento de juego y a la vez, se transforma en bombo para acompañar las canciones de protesta.
“La ensoñada 1968” de Gabriela Villalonga es una obra recomendada que no solo aborda un hecho histórico importante en las huelgas obreras. Además, nos permite pensar y pensarnos; y tomar una postura en la disputa de sumarse a la protesta o convertirse en carnero. ¿Interés individual o colectivo? Al fin y al cabo, la pregunta incomoda que nos interpela en la actualidad: ¿de qué lado estamos?
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