Entretejiendo lazos

Las disfuncionalidades familiares, tan cotidianas y contemporáneas, cada vez se hacen más evidentes y se encuentran inmersas en la vorágine del mundo actual. Sin embargo, no se alejan mucho de aquellas formas que estaban presentes en el pasado, sólo que quizás ahora son más aparentes y ya no se ocultan.

Jean Cocteau, autor de esta pieza teatral, escribió en 1938, este clásico del teatro francés, con el objetivo de develar y poner en tela de juicio los egoísmos que se dan en el seno de una familia disruptiva e irreverente que nada tiene de esos modelos clásicos y típicos que nos han querido imponer y vender durante siglos.

Es imprescindible entender que cada familia es un mundo diverso donde entran en juego valores, normas, costumbre y hábitos, así como también celos, infidelidades, traumas y oscuros sentimientos. Tal cual propone el programa de mano “el resultado es una comedia negra, salvaje e impredecible, con un devenir feroz y por momentos hilarante”.

Daniel Veronese, versado en estas temáticas y con una avisada y agudizada mirada, dirige al elenco con una precisión que, sin lugar a dudas, con el devenir de las funciones irán encontrando la naturalidad, el histrionismo y la picardía que la obra necesita.

La escenografía, propone el interjuego entre dos realidades. Con sencillos, armónicos y coordinados movimientos, transportan a la platea del interior de la casa de la familia a otro escenario hogareño, en menos de un minuto. Rodrigo González Garillo, es el encargado de este aceitado y tan bien logrado mecanismo, así como también del vestuario que retrata a la perfección las individualidades y personalidades de cada uno de los personajes de esta ficción teatral.

El elenco, conformado por un consagrado grupo de artistas, irá construyendo sus lazos, a medida que irá develando al público los secretos más íntimos y más profundos, enmarcados por una peculiar oscuridad de esta comedia negra francesa, donde el absurdo y lo grotesco se dan la mano.

Maravilloso trabajo de Ana Katz componiendo una madre desplazada de la dinámica hogareña, señalada y vapuleada entre dos pasiones que afloran y ponen de manifiesto sus deseos más fervientes. La acompaña orgánicamente, Luis Ziembrowski quien interpreta a un esposo desmejorado, cínico, descuidado y hasta con rasgos incestuosos. El hijo de esta pareja tan particular, en la piel de Max Suen, deberá debatirse entre los mandatos familiares tan opresivos y oclusivos y sus deseos carnales y amorosos. Ana Garibaldi en el rol de la tía, representa la sinceridad brutal que estos vínculos necesitan y hasta imploran. Ella con su fuerza escénica es hipnótica y sumamente natural en su actuación. Por último, pero no menos importante, Sofía Gala Castiglione, será esa fuerza disruptiva y vertiginosa que viene a romper y a desenmascarar todas las miserias de este hogar.

“Los padres terribles” es una atractiva propuesta teatral que genera risas que incomodan introduciendo al espectador en el análisis y el debate crítico acerca de los deseos humanos y de los sentimientos que los movilizan. Una obra de texto para no dejar pasar y que, sin dudas, dejará pensando acerca de la naturaleza de los vínculos humanos.

 

Ficha

Elenco: Luis Ziembrowski, Ana Katz, Sofía Gala Castiglione, Ana Garibaldi, Max Suen

Dirección: Daniel Veronese

Género: Comedia dramática.