La voluntad de encerrar todas las ideas en una obra

Una multiplicidad de elementos se conjugan en Jardín Panóptico, obra dirigida por Mariana Bellotto, que propone una vuelta de tuerca a los esquemas tradicionales de la danza-teatro actual.

En la primera parte, se exponen algunos recursos frecuentes en la danza independiente de hoy, como el trabajo corporal sin técnica específica. Poco a poco, los momentos contemporáneos empiezan a mezclarse con referencias al ballet, el jazz y la danza moderna, entre otras. Entre la gran variedad de recursos presentes, la repetición del texto, la asociación libre de palabras y los ejercicios de improvisación evidencian los procesos creativos que habitualmente se utilizan en la producción de obras contemporáneas.

Los clichés de la danza y de la creación artística en general son llevados al extremo, lo que da como resultado una puesta cargada de momentos humorísticos y absurdos en el límite entre la representación y la imitación paródica.

En la ausencia de una estructura específica, la obra se compone de una serie de momentos que se desarrollan simultáneamente en el espacio. En una esquina, una cámara filma una porción de la escena y la filmación se transmite en una pila de televisores antiguos de cara al espectador. A estas imágenes se le suman las que se proyectan por momentos en la pared. De esta forma, el espacio se divide constantemente y la mirada del espectador es redirigida durante toda la obra. A la manera de la experiencia virtual de nuestros tiempos, el exceso de información da cuenta de la imposibilidad de abarcar la totalidad de los acontecimientos.

Si bien no hay trama o conflicto definido, lo que sucede dentro y fuera de la alfombra desplegada en el centro de la escena -que es la más minúscula porción del mundo y, además, la totalidad del mundo- funciona como hilo conductor de gran parte de los momentos de la obra.

Dentro de un delirio dinámico, los intérpretes cambian de roles sin cesar y la transformación se hace visible en escena a través del vestuario. El trabajo de cada uno de ellos es impecable y está distribuido de tal manera que todos destacan en algún momento.

Con una propuesta desopilante y de apariencia ilógica, Jardín Panóptico encuentra su coherencia en la combinación de múltiples ideas que conviven dentro de la misma obra y que exacerban y parodian el modo de producir de la danza contemporánea y el arte en nuestros tiempos.

Ficha:

Músicos: Juan Francisco Silva Finguer & GPS

Performers: Camila Almeida, Natacha Berezan, Sofía Calderón, Marcela Chiummiento, Catalina Jure, Nayla Manganiello, Ludmila Mazzucchelli, Rodrigo Ramírez Gisbert, Maite Salz, Juan Francisco Silva Finguer y Jorge Yañez.

Director musical: Mariana Bellotto.