Rufianes
Ficha
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Datos de funciones:
FUNCIONES: LUNES 21.00 HORAS
LOCALIDADES $250 PESOS.-
GALPÓN DE GUEVARA (Guevara 326). -
Prensa:
ELENCO
Flor Benítez – Rosa
Talo Silveyra – Juan
Juan José Marco – Romano
Julián Pucheta – Tinto
Maia Contreras – Grisel
Ensamble Femenino
Micaela Barber Clas – La Polaka
Karina Daniela Barda – La Franchuta
Julieta Goncalves – La Gallega
Romina Julieta Ruiz – La Cordobesa
María Clementina Marti – La Turca/SwingEnsamble Masculino
Juan Mende – Ancho de Bastos
Ignacio Pérez Cortes – Ancho de Copas
Emanuel Robredo Ortiz – Ancho de Oro
Marcelo Alejandro Amante – Policía/Cliente/Rufián
Paolo Sambrini – Periodista/Cliente/Rufián
Gracián Agustín Quiroga Páez – Cliente/Rufián/SwingMUSICOS
Piano y Dirección Musical: Juan Ignacio López
Violín: Emanuel Teper
Batería: Pablo Aragona
Bandoneón: Luigi Raponi
Flauta: Rodrigo Márquez
Contrabajo: Lautaro Vergara -
Entradas:
FICHA TECNICA
Idea original: Juan José Marco
Dirección General: Marcos Rauch
Composición Musical: Juan Ignacio López
Libro: Marcelo Camaño
Letras de Músicas: Luis Longhi
Dirección Coreográfica: Juan José Marco
Asistente de Dirección: Angelo Fornabaio
Diseño de Iluminación: Pedro Daniel Suarez
Diseño de Escenografía y Realización: Giuliano Benedetti
Diseño y Realización de Vestuario: Nélida Bellomo.
Diseño y Realización de Maquillaje y Peinado: Coni Montin
Diseño Gráfico: Florencia Barallobre - Aba Ideas
Fotografía: Nacho Lunadei
Realización de Video: Diego Saggiorato
Asistente de Dirección: Angelo Fornabaio.
Asistente de Coreografía: Juan Gentile – Analía Guzmán.
Stage Manager: Silvia Otero
Prensa: WE Prensa & Comunicacion
Producción Técnica: Santiago Questa
Producción General: Carolina Rauch, Hernán Araya, Juan Bautista Sasiain.
Marcos Rauch, Juanjo Marco.
Guapos de todas partes
Rosario. Años 30. Romano (Juan José Marco) vino de Italia hace algunos años y está muy bien acomodado, es parte de un “equipo de trabajo”, maneja un boliche… y a sus chicas. Rosa (Flor Benitez) es una de las chicas, es su mujer, cosa que no necesariamente implique amor de su parte. En torno a ellos un grupo que ya iremos conociendo.
Un buen día llega a la ciudad Juan (Talo Silveyra) , el hermano menor de Romano, quien lo admira y viajo a la Argentina solo para estar con el y seguir sus pasos… aunque en realidad no sepa bien cual fue el camino que recorrió su ídolo.
La mafia siciliana rige en el barrio, Tinto (Leo Trento) es el jefe, sus hombres de confianza, además de Romano, son Ancho de bastos (Juan Mende), Ancho de oro (Emanuel Robredo Ortiz) y Acho de copas (Ignacio Pérez Cortes); ellos menejan todo, son amos y señores, ahí se hace lo que ellos quieren y dicen. Entre todo lo que manejan esta el prostíbulo, con Grisel (Maia Contreras) a la cabeza.
Juan y Rosa se enamoran y todo se complica… la mafia y el amor, no van de la mano; ellos son dos personas honestas que intentarán llevar su relación adelante y destruir esa organización.
Un musical en el que vale resaltar para comenzar que es completamente nacional, el libro (Marcelo Camaño), las letras (Luis Longhi), la música (Juan Ignacio Lopez), las coreos (Juan José Marco) y nada quedo librado al azar. Evidentemente han logrado conformar un equipo creativo que funciona muy bien, ya que el resultado que obtuvieron es realmente muy bueno, todo ensambla perfectamente, es un instrumento que suena afinadísimo.
Los intérpretes suman a la historia, cada uno logra destacarse, los talentos individuales no son egoístas, sino que se abren y se suman a los otros y lo que se ve es un bloque sólido en escena.
Hablar de la enorme calidad artística de Florencia o la potencia y personalidad de Maia; de la revelación para el género que representa Leo o la gran jugada de Juan, dejando a su bailarín en segundo plano y demostrando su veta actoral… la solidez de Talo, en un personaje tan naif como fuerte, demuestran que nadie queda relegado y todos aportan lo suyo.
Pero no solo los protagonistas, “los anchos” que se sigue consolidando cada vez más, como también el resto del elenco: la polaca (Micaela Barber Clas), la franchuta (Karina Barda), la gallega (Julieta Goncalves), la cordobesa (Romina Ruiz), la turca (Maria Clementina Marti), Alejandro Amante, Paolo Sambrini y Gracián Quiroga Páez. Más allá de representar un crisol de razas, marcan un abanico de estilos que combinan delicada y efectivamente.
La escenografía es simple y amplia, saben usar muy bien las virtudes de la sala, la amplitud espacial que tiene El galpón de Guevara, lo hacen jugar a su favor para el desarrollo de la historia, jugando las luces y rol central.
En escena también está la particular banda (lookeada a tono) con Juan Ignacio Lopez a la cabeza y en el piano, Emanuel Teper (violín), Pablo Aragona (batería), Rodrigo Marquez (Flauta), Lautaro Vergara (contrabajo) y Luigi Raponi (bandoneón), una gran selección instrumental, completamente acorde a la historia y suenan de maravillas.
Para no dejar ningún elemento de lado, también el vestuario es meritorio, adaptado no solo al contexto sino a cada uno de los actores.
Detrás de todo esto, Marcos Rauch, quien desde la dirección hace un gran trabajo, pone cada cosa en su lugar y guía a los interpretes para llegar con tranquilidad a buen puerto.
Un espectáculo que vale la pena ver, que más allá de estar muy bien realizado de punta a punta, demuestra que para hacer un muy buen montaje no siempre hace falta una enorme productora detrás, sino que también una cooperativa con mucho trabajo y ganas, puede obtener buenísimos resultados.
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