Hidalgo

Hidalgo

Ficha

  • Datos de funciones:

    Función única por la reapertura del Cine teatro El Plata (Av. Juan Bautista Alberdi 5765)

  • Prensa:

    Carolina Alfonso
    Por esta función, también: CTBA

 

Habitando el penthouse

Un departamento de lujo está en venta y la comisión puede salvar a la asesora inmobiliaria para siempre. Ella, Susana, (Paula Marull), llega a las corridas para acomodar lo que haga falta y mostrárselo a los extranjeros que van por tercera vez y con la seña. Al llegar, encuentra todo desordenado, sucio y con feo olor; llama a los gritos a alguien que no aparece, comienza a acomodar y bajo unas sábanas, en un colchón destruido que hay en el piso, encuentra a Víctor (Agustín Daulte), el hijo del hombre al que llamaba.

Lo que se ve, es esa cama, llena de cosas arriba (incluso con el joven en ella), unas cajas de plástico con botellas, un cajón con verduras arrumbado, una mesa con un par de sillas y no mucho más, todo pinta un espacio descuidado, casi inhabitable, genera sensación de pesadez, de olor a rancio. Cuando ella llega, trata de limpiar y acomodar un poco, porque su futuro puede estar en juego, además le insiste al chico que se vaya un rato, al menos que pase a una habitación del fondo en lugar de estar en el ambiente más importante de la casa.

El texto es un desafío para ambos actores, ya que la mayor parte del mismo recae sobre Susana, una mujer golpeada por la vida, pero que se sobrepone y va al frente, que no se va a dejar vencer por el fracaso, muy verborrágica, de todo tiene algo para decir, parece no poder contenerse. Por contrapartida, Víctor es callado, habla a cuentagotas, su expresividad pasa por otro lado, por el cuerpo, por el pensamiento interno.

Ella es sumamente enérgica y trata de estar lo más arreglada posible, mientras el, se niega a usar más que boxers, a lo sumo se tapa con una sábana para evitar la timidez y pareciera que es tal su desinterés por todo, que su delgado cuerpo se mueve con pesadez.

Ni bien ellos se encuentran, queda claro que el muchacho y su padre están viviendo en el lugar, son una especie de ocupas, pero están autorizados por la inmobiliaria… o vaya a saber por quién y no tienen intenciones de irse, aunque saben que cuando el lugar se alquile o se venda, no les va a quedar más remedio.

Mientras Susana trata de limpiar y dejar todo lo mejor posible e incluso se arregla un poco, Víctor desde la dejadez de la cama y con mucho desgano, le cuenta que si al día siguiente no entrega un trabajo sobre el poeta revolucionario Bartolomé Hidalgo, va a repetir el año… nuevamente. Ella, que estuvo en ese lugar de no querer hacer nada y repetir (cuenta que no terminó la escuela), ante esta situación, decide matar el tiempo, ayudándolo… ese chico se tiene que incorporar, hacer la tarea y pasar de año, ella no va a permitir que tire todo por la ventana.

La relación que logran construir, con sus personalidades opuestas, con sus estados de ánimo completamente disímiles, es un sube y baja de energía, que finalmente en un punto, se encuentran, cada uno con lo suyo, pero sin querer le dan al otro algo que necesita, compañía, alguien que los escuche y se preocupe por ellos… logran conectar.

La dirección de María Marull (también autora), genera el espacio propicio para que dos personas con intereses opuestos, puedan hermanarse en algún punto y empatizar aún sin proponérselo. Genera un equilibrio en escena, donde cada uno tiene su espacio, pero poco a poco, comienzan a ser más permeables, las divisiones se borran y ellos comienzan a registrar al otro.

Un texto que habla de esas divisiones, pero va más allá de un tema territorial y hace que algunas barreras se caigan, porque al fin de cuentas, se pueden tener más cosas en común de lo que se piensa.

Las actuaciones son impecables, ella le imprime un ritmo y cadencia que no cansa, hace que sus parlamentos interminables, sean entretenidos y el espectador se suba a su ritmo; mientras que el en su casi no decir, expresa de otras formas lo que le está pasando ese chico, sus caras, sus posturas, sus movimientos, hablan por él.

Hidalgo cuenta una historia muy pequeña, casi la anécdota de una espera, pero ese rato compartido, está cargado de cosas y momentos, sumamente bien contados e interpretados; habla de emociones, de empatía, del registro de otro; Susana y Víctor, podrían ser incluso El Principito y el zorro, pero con los tiempos más acelerados . ¿Quién es Bartolomé Hidalgo?… habrá que averiguarlo.

 

Ficha:

Con: Paula Marull y Agustín Daulte

Dirección: María Marull

Categorías: Reseñas

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