Perderse en uno mismo

Clara, interpretada por Camila Peralta, es una joven de treinta años que se va de viaje unos días a la casa de campo de la familia de su novio. La falta de conocimiento de rock de la década del dos mil por parte de su pareja y un audio de una amiga de su infancia, la impulsan a un viaje introspectivo y nostálgico sobre su juventud «rollinga» y las presiones de un futuro incierto.

La ópera prima de Camila Fabbri, destacada dramaturga, escritora y actriz, tuvo su debut el año pasado en el prestigioso Festival de San Sebastián, y más tarde recorrió diversos festivales internacionales en Mar del Plata, La Habana y Torino. En 2019, la autora publicó «El día que apagaron a luz», un libro de «no ficción» sobre la tragedia de Cromañón, donde murieron casi doscientos jóvenes fanáticos en un concierto de la banda Callejeros. Aunque «Clara se pierde en el bosque» no está basada directamente en la novela, tiene una clara conexión, y es que Clara fue sobreviviente de ese trágico recital, un recuerdo traumático que parece seguirla silenciosamente a lo largo de toda la película.

La búsqueda de «Clara se pierde en el bosque» es fusionar elementos de ficción con documental. La película se ve constantemente interrumpida por videos caseros en VHS, donde incluso aparece la directora de la película, acompañados por grabaciones de audio de amigos de Clara en WhatsApp que narran anécdotas de esa juventud en los 2000. Noches largas, primeros conciertos y la emoción de descubrir una banda nueva. Estos archivos se manifiestan casi como fragmentos de los recuerdos de la protagonista, donde las calles de Buenos Aires se muestran distantes, nostálgicas y melancólicas.

En el presente, Clara busca capturar el viaje con la familia de su novio utilizando una cámara handy. Sin embargo, se encuentra indecisa sobre qué es exactamente lo que quiere filmar. En un eco resonante de su propia vida, Clara parece carecer de una pasión definida y se ve enfrentada a más preguntas que respuestas. A esta inquietud se suma la noticia del inminente embarazo de su amiga Martina, dejándola en un estado de confusión respecto a qué desea ella misma con respecto a la maternidad.

Clara parece estar obsesionada con recordar los detalles de ese pasado a través de los mensajes de sus amigos, quizás utilizando esto como una excusa para evitar enfrentar la incertidumbre de su futuro. La película de Fabbri parece, a simple vista, silenciosa, pero comunica más a través de las acciones de sus personajes que en sus palabras. Las actuaciones de la familia del novio de Clara acentúan un sentimiento de incertidumbre constante; son la nueva familia de Clara y, al mismo tiempo, son completos extraños.

«Clara se pierde en el bosque» es un viaje evocador que retrata la juventud del dos mil. La película organiza cuidadosamente los recuerdos vibrantes de esta época, hasta llegar tensamente a la noche del concierto de Callejeros, marcando un claro antes y después en la vida de Clara y en la historia del rock nacional. El trabajo de edición juega un papel primordial en el guión y la dirección de esta película; la forma en que se estructuran los relatos de los amigos de Clara y se maneja esa tensión, está muy bien lograda por la directora y la editora, Josefina Llobet. Existe una clara armonía entre las escenas del presente de Clara y los videos de archivo en VHS.

Pero los recuerdos documentales no son todo lo que define a la película. «Clara se pierde en el bosque» es una clara exploración de la incertidumbre que acompaña llegar a los treinta años: la presión por la maternidad, la nostalgia del pasado y el temor a un futuro incierto. En ocasiones, la película se vuelve más introspectiva y permite que sus personajes interactúen sin un conflicto llamativo o cautivador. Sin embargo, «Clara se pierde en el bosque» es más una experiencia que dejará a algún espectador reflexionando. La película en sí no busca ofrecer respuestas, sino más bien plantear preguntas sobre lo que significa tener treinta años.

FICHA TÉCNICA

Guión y dirección: Camila Fabbri

Producida por Pablo Chernov

Coproductor: Diego Dubcovsky

Dirección de fotografía y cámara: Victoria Pereda

Montaje: Josefina Llobet (SAE)

Asistencia de dirección: Ignacio Ceroi

Dirección de arte: Iara Ohanian

Diseño de sonido: Francisco Pedemonte (ASA)

Sonido directo: Andrés Marks (ASA)

Jefe de producción: Ezequiel Pierri

Vestuario: Bernarda Crudo

Maquillaje: Ivana Boveda

Dirección de producción: Santiago Borensztejn

Producción ejecutiva: Pablo Chernov

Producción e Investigación de Archivos: Luciano Zdrojewski