Cuando se acaba la fiesta

Es Halloween y tras disfrutar una fiesta con amigos de ella, Inés (Florencia Torrente) y Lorenzo (Federico Salles), charlan mientras juntan los juguetes de su hijo, la charla avanza, cada vez es más profunda y la noche se escurre como agua entre los dedos.

Él es diputado, al día siguiente, muy temprano tiene una entrevista importante y debe prepararse, para eso deja de lado su disfraz de “El Zorro” e intenta concentrarse en sus papeles y la notebook. Ella es actriz y fue a la fiesta disfrazada de Ana Karenina, el atuendo de un personaje que significo un quiebre en su vida y lejos de querer sacárselo, pareciera que necesita tenerlo para analizar los últimos años de su vida, esos que tienen que ver con la llegada de su hijo.

Una casa linda pero sin estridencias, podría ser un dúplex, ya que la acción transcurre en un espacio abierto que abarca la cocina y el living, con muebles modernos pero simples, dónde hay tres elementos que tendrán relevancia, el visor del portero, el intercomunicador con cámara que da a la habitación del bebé y la escalera que va a los cuartos.

Ella tal como Karenina, se pregunta si las ambiciones personales son compatibles con la familia y ese es el disparador para que juntos piensen en la vida que tienen, que quieren y como compatibilizar ambas, deben negocia con ellos mismos individualmente y con su matrimonio.

Es una puesta muy realista que deposita en esta joven pareja lo que le puede pasar a cualquier persona, el suponer que quién se encuentra en “la vereda de en frente” está mejor, tiene una vida más plena, feliz e interesante y en definitiva, no siempre es así, eso es la mera fantasía de quién no está conforme con algo de su vida.

Fede hace un muy buen trabajo, un hombre que a pesar de tener varios frentes abiertos en simultáneo, se mantiene calmo y trata de manejar la situación. Se mueve con naturalidad y confianza en escena.

Flor por su parte, lleva el mayor conflicto, una mujer que internamente está un poco perdida, tiene sentimientos encontrados y si bien cree que tomó el camino correcto, suele preguntarse si no hubiera sido mejor ir para el otro lado. Sería interesante que trabaje el volumen, ya que su voz más que proyectada, se siente gritada y eso le roba matices a la interpretación.

Eva Halac es la autora y directora del espectáculo, por lo que la puesta es la culminación de todo su trabajo. Según ella misma indica, la vida de Karenina guio a esta historia. Hay una puesta con buena recorrida escénica, donde se mantienen los equilibrios y la curva dramática deja a los personajes en un punto de sus historias muy diferente al que estaban cuando comenzaron a hablar.

Los hechos transcurren en tiempo real y abarcan desde los celos, hasta la decisión de haber tenido un hijo, pasando por sus carreras y lo que se supone que es ser una buena persona.

Una obra interesante, que invita a extrapolar a la historia personal y plantearse en que proporción el deseo, la necesidad y la realidad son parte de la vida de cada uno y que tan feliz se es con eso.

 

Ficha:

Dirección: Eva Halac

Con: Flor Torrente y Federico Salles

Género: Drama