Reír hasta llorar

La maravillosa versión de Othelo de Gabriel Chamé inaugura su undécimo año en cartelera. La permanencia habla por sí misma de la calidad y convocatoria de la propuesta, que fue creciendo año tras año en un recorrido desde el off al foco mismo de la calle Corrientes porteña.

La clásica tragedia de Shakespeare, (en la que Othelo, un soldado negro casado con la bella Desdémona, es engañado por Yago, quien, motivado por la envidia, crea un complejo enredo para que la joven esposa parezca infiel. Enceguecido por los celos, Othelo mata a su esposa, asfixiándola. Enterado de la verdad, decide terminar con su vida también.) es abordada desde el teatro físico y la comicidad. Allí, donde los extremos se juntan, la intensidad de la tragedia se desglosa en el abordaje cómico, se torna asible y  deja aflorar los muchos sentimientos y debilidades humanas que esta obra ofrece: el amor real de Desdémona, su lealtad; la inseguridad de Othelo, que se ve con los ojos de los otros: negro y mayor; la ambición desmedida, la envidia, los celos, el racismo y también, finalmente, el patriarcado, porque en vez de lidiar con ella como adulta, la priva de su vida para sacarle la posibilidad (inexistente, en este caso) de elegir a otro.

Sólo cuatro actores: Matías Bassi, Elvira Gómez, Nicolás Gentile y Agustín Soler, representan todos los personajes. Cuatro performances impecables, tanto en el exigido despliegue físico como interpretativo. Cada uno con solvencia, frescura, gracia y una cierta impunidad para hacer cualquier cosa con total convicción. Hay un continuo ´entrar y salir´ de la escena; por momentos son los personajes de Othelo y en otros, son los actores que interpretan a los personajes de Othelo y se permiten interpelar con gracia e inteligencia a la obra, a decisiones del director, la escenografía, al público y a la realidad nacional, a la vez veneran y aplauden a una imagen de Shakesperare que, inmutable, observa todo desde un lateral.

La escenografía es un tema aparte. Un gran telón blanco sirve de fondo y con algunas mesitas coloridas como para niños y unos cubos de madera irán creando los distintos espacios escénicos de forma muy original. Usan por momentos una tela gigante, como de lúrex, con la que crean una textura, hermosa, onírica, muy poética. El vestuario, por otro lado, es maravilloso. Con total libertad, fuera de cualquier convención de época, usan ropa cotidiana, con agregado de capas, peluca/barba, para hacer surgir en un instante los muchos personajes que interactúan entre sí, de modo por momentos hilarantes.

Un espectáculo muy recomendable, para reír y pensar. O solo reír, que igual se agradece.

Ficha

Actores: Matías Bassi, Elvira Gómez, Nicolás Gentile, Agustín Soler

Dirección: Gabriel Chamé Buendía

Género: Comedia