Los Juegos del Hambre: Balada de pájaros cantores

Los Juegos del Hambre: Balada de pájaros cantores

Ficha

  • Prensa:

    Raquel Flotta

 

Renovando la nostalgia distópica

La nueva precuela de Juegos del Hambre, sumerge a los espectadores en el corazón de una de las franquicias más exitosas de la última década, evocando la nostalgia inicial que catapultó a la fama a Jennifer Lawrence. Inspirada en la novela de Suzanne Collins publicada en 2020, esta entrega retrocede 65 años en el tiempo y detalla la vida de un joven Snow, destinado a convertirse en el icónico villano de la saga, explorando los inicios de un antihéroe y el origen de los famosos juegos mortales.

Después de la guerra desatada por los primeros Juegos del Hambre, Coriolanus Snow (interpretado por Tom Blyth) queda huérfano, forjando una vida signada por la adversidad y la lucha por transformar su destino. Gracias a su notable inteligencia, destaca entre sus compañeros de curso, siendo seleccionado como uno de los 24 estudiantes más destacados de la Academia del Capitolio.

Inicialmente, a Cornelius se le asigna el papel de mentor de Lucy Gray Baird (interpretada por Rachel Zegler), la tributo femenina más desfavorecida del Distrito 12. A diferencia de sus compañeros, Snow muestra una determinación firme para convertir a Lucy en una estrella y demostrar su talento como mentor. A medida que avanza la trama, Snow descubre cómo manipular la estructura de Panem a su favor, decidido a asegurar la victoria de Lucy en los juegos mortales sin importar el costo. Además, la relación entre Snow y Lucy evoluciona hacia un romance prohibido, un giro que podría considerarse como un cliché dentro del género de películas juveniles distópicas.

A pesar de la complejidad en los distintos elementos de la trama, la dirección de Francis Lawrence, reconocido por su labor en las películas originales de Los Juegos del Hambre, destaca por su eficiencia y confianza. La fotografía, escenografía y vestuario, con su tonalidad gris y densa, alejada de lo natural, se mantienen sólidos, logrando transmitir un mundo completamente nuevo que se diferencia notoriamente del universo original presentado en las primeras películas.

Sin embargo, son los aspectos más sutiles los que verdaderamente enriquecen la narrativa, escapando de las escenas predecibles y habituales de los actuales Juegos del Hambre. Destaca especialmente la voz melódica de Zegler, que unifica toda la película y le otorga un matiz

especial, casi convirtiéndola en un musical y capturando el espíritu de la ‘Balada de pájaros cantores’.

La interpretación de Zegler como Lucy se distingue como la contraparte de Katniss Everdeen, mostrándola como una auténtica intérprete en lugar de una mera imitación del personaje de Jennifer Lawrence. Aunque en ocasiones la interpretación de Zegler pueda parecer exagerada y su acento sureño, forzado, su singular carisma cautiva en cada escena, otorgando un magnetismo particular a la película, lo que compensa sus imperfecciones.

La actuación sólida y matizada de Tom Blyth como Cornelius Snow es destacable, logrando alejarse de los clichés habituales asociados a un típico villano. Sin embargo, uno de los desafíos de la película es la falta de química percibida entre su personaje y el de Rachel Zegler, lo que da la impresión de que su romance está incluido simplemente para satisfacer la necesidad de un elemento romántico adolescente en la trama. A medida que avanza la historia, la credibilidad en su relación mejora, pero en el primer acto, la conexión entre ambos personajes resulta débil y el desarrollo del guion no logra respaldar de manera satisfactoria su vínculo.

El mayor error en «Balada de pájaros cantores» se manifiesta en su ritmo, especialmente en su tercer acto, donde un cambio abrupto de tono desconecta la historia establecida. Esta desconexión se ve agravada por la estructura dividida en capítulos, que en lugar de cohesionar la película, a veces la fragmenta en tres relatos distintos. La trama se enreda en el intento de mantener a Coriolanus Snow en la buena disposición del público, priorizando la preparación de posibles secuelas en lugar de enriquecer la historia actual. Este cambio repentino puede atribuirse, en parte, a una fidelidad excesiva al material original de los libros, lo que afecta el impacto general del clímax.

«Los Juegos del Hambre: Balada de pájaros cantores» se consolida como una entrega sólida que sin duda satisfará a los fieles seguidores de la saga, aunque podría no resultar tan cautivadora para el espectador ocasional. Ofrece una fascinante inmersión en los orígenes de Panem, aunque no está exenta de ciertas imperfecciones, y presenta una entrega entretenida, aunque en algunos momentos pueda sentirse demasiado extensa. Destaca por su innovador diseño de vestuario y por haber creado un mundo completamente nuevo y distintivo, que la distingue claramente de la entrega original. En resumen, es como una nevada: fría, pero extrañamente agradable.

Ficha

Género: Drama

Protagonizan: Rachel Zegler, Tom Blyth

Dirección: Francis Lawrence

Categorías: Reseñas de cine

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