Los hijos de Bernarda

Los hijos de Bernarda

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Quereme, tengo frio

En una Argentina que esta por despedir el año 1975, José Martirio (Alberto Leonelli) y José Federico, apodado Adelito (Andy Rinaldi), contemplan desde su casa el último responso de su padre. Bernarda decreta duelo estricto, algo que se hace insostenible. Angustias (Adriana Enriquez), va a casarse con Pepe “El Romano”.

Comienza una disputa de hermanos por el amor, secretos que salen a la luz, cuidando el qué dirán del pueblo, y sobre todo, la mirada de su madre.

Se trata de una adaptación libre de La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca que se ubica en los 70’ donde las falencias y necesidades están sumamente remarcadas, una dictadura que se avecina, un montón de secretos que ya no pueden contenerse.

Una casa típica argentina, con las puertas de entrada y salida en la que se observa la calle, en las que no puede faltar el winco y la novela del momento, piel naranja, en la que se ve que los personajes se reflejan.

Para destacar el trabajo de los actores, que transportan a los distintos climas, un frío seco que se puede sentir hasta la punta de los dedos, como un calor de hogar, en especial a la hora de la novela y el mate, algo tan argentino. El recurso de la puerta tan acertado, lleva al afuera de esas casas de pueblo, con grandes jardines que llegan hasta el camino, viendo llegar y salir a la gente.

Pequeños detalles como los de Angustias (Adriana Enriquez) hacia sus hermanos, que, si bien había muchos celos porque se iba a casar, dejaba ver todavía el amor por sus hermanos. Por otro lado, ese compañerismo de fraternal que se aprecia entre Martirio (Alberto Leonelli) y “Adelito” (Andy Rinaldi), y que es tan conmovedor, como movilizante cuando el amor entre los hermanos se oxida y se quiebra porque se hace insostenible la vida en la casa.

Que Martirio y Adelito hayan sido interpretados por hombres, redobla la fuerza que toma la historia, donde se observa que salen a la luz temas que están prohibidos, y más en esos momentos del país. A su vez, el peso con el cargan con esos nombres, por no haber sido mujeres, el resentimiento y desilusión de Bernarda pesa aún más.

Algo que hubiera sido bueno, para tenerlo en cuenta, en la adaptación del texto, es que, dado el contexto en el que se ubica, algunas frases de los personajes deberían haber cambiado, ya que, si bien se mantiene el espíritu de la obra, y está muy bien logrado, el texto original traído a ese momento y lugar de la época queda descompaginado.

Una puesta súper interesante, como las que suele montar Alberto Romero. Una Bernarda que en ningún momento pierde la presencia, tan penetrante que deja en silencio la casa, que trae de nuevo a Lorca, y que a su vez se ve a una de tantas Bernardas existentes todavía en la actualidad, que pelean por su familia, pase lo que pase.

 

Ficha:

Elenco: Adriana Enriquez, Alberto Leonelli, Andy Rinaldi

Voces en off: Verónica Calderón, Patricia Nordenstrom, Juan Rutkus

Dirección y puesta en escena: Alberto Romero

Género: Drama

 

Categorías: Reseñas

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