La lucha por sanar

“La sesión de Maria” aborda desde distintos puntos de vista la problemática de la salud mental. Algo fundamental para la vida ya que sin un equilibrio emocional y conductual adecuado es muy difícil desempeñarse en la vida tanto en lo individual como en lo social.

La obra se sitúa en un hospital público Bernardo es un psiquiatra que se encuentra desbordado por situaciones personales pero también por las condiciones laborales que tiene que afrontar, claramente sufre lo que se conoce como burnout (síndrome del quemado). Un estrés agudo y  prolongado que se da en el contexto laboral.

Por otro lado, Maria es su paciente, ella se está recuperando de su adicción a las drogas y sus condiciones de vida son precarias. También está Pedro, un ex paciente de Bernardo , que luego de mucho esfuerzo se recibió de enfermero y ahora trabaja en el hospital, aunque su relación con Bernardo no es la mejor, ya que tiene mucho para cuestionarlo por el tratamiento que recibió. A su vez, quiere acercarse a María.

Esta red de personajes que se interrelacionan por sus historias compartidas van desarrollando sus conflictos a lo largo de la obra, todos en definitiva buscan sanar sus dolencias, solo que a veces ya son muy profundas y permanentes.

La obra sin dudas es una crítica bastante severa a la salud pública, ya que el rol del psiquiatra que es quien debería velar por la salud mental de sus pacientes y por la de él mismo, se ve desde el comienzo completamente desbordado, el desgaste hace que sus acciones se vean teñidas de violencia verbal y de un autoritarismo extremo.

Desde la dramaturgia, es interesante cómo se construye el tiempo, la obra dura lo que esa sesión dura, no hay elipsis ni salto temporal alguno. Esto genera que el espectador se sumerja en la vorágine del psiquiatra. De hecho, cuando el público comienza a entrar a la sala Bernardo ya está discutiendo por teléfono con alguien del hospital.

Con una escenografía sencilla  pero efectiva, dos sillas y una mesita dan esa idea de consultorio hospitalario, la puesta en escena es simple ya que es un espacio acotado y la obra se apoya fundamentalmente en los diálogos. La iluminación que acompaña a esta propuesta, con una estética realista.

Una obra que indaga sobre la salud mental, poniendo sobre la mesa lo que a veces queda por debajo.

Ficha:

Autoría: Verónica Julieta Bustos, Eduardo Fernandez

Actúan: Verónica Julieta Bustos, Fernando Chine, Julio Pallero

Diseño de luces: Marco Pastorino

Fotografía: Santiago Legón

Prensa: TEHAGOLAPRENSA

Colaboración en dramaturgia: Fernando Chine

Asistencia de dirección: Irina Dall Orso

Dirección: Verónica Julieta Bustos

Género: Drama