La Pilarcita
Ficha
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Datos de funciones:
Función única por la reapertura del Cine teatro El Plata (Av. Juan Bautista Alberdi 5765)
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Prensa:
Carolina Alfonso
Por esta función, también: CTBA
La niña de los milagritos
En un pueblo del Litoral, hay una pequeña santita, una niña que murió, por salvar su muñequita, si un milagro vos querés, visita a La Pilarcita. Eso es lo que (con otras palabras) cuenta Hernán (Fran Ruíz Barlett), quién con humor, picardía y sobre todo su guitarra, se convierte un poco en relator de ciertas cosas de esta historia y sus personajes, que no se cuentan.
Pilar murió cuando nadie la veía y ahora que ya no está, todos quieren verla, sobre todo una vez al año, en el aniversario de su partida, porque dicen por ahí, que si se le deja una muñequita en el altar que se le construyó, ella concede un deseo. Por este motivo el pequeño pueblo se revoluciona cada vez que llega esta fecha, ya que, a pesar del calor agobiante, no queda habitación por alquilar.
Es justamente ahí donde se cuenta esta historia, en el pueblo, la casa de Celina (Pilar Boyle) particularmente. Un patio que tiene como fondo varias sogas con ropa colgada, una pelopincho para refrescarse, una mesita que usará la dueña de casa para estudiar medicina y una habitación al fondo, pequeña y sin demasiada intimidad, donde se hospedarán Selva (Julia Catalá) y Horacio
Si bien el título sugiere otra cosa, “La Pilarcita” es solo una excusa, para contar lo que le pasa a los habitantes del pueblo y que moviliza a los visitantes, a hacer larguísimas colas, solo para pedirle algo a la niña santa.
Celina pasa sus días soñando con irse de ahí, por eso estudia la mayor parte del tiempo y pasa el rato con su amiga Celeste (Mercedes Moltedo), que también es su empleada. Son el día y la noche, mientras una aspira a cambiar de vida, la otra se conforma con pasarla lo mejor posible en el lugar, recibir a los visitantes, mojarse un poco en la pileta y escapar de su abuela, con quien vive. Ahora la Celes, con toda su ilusión, está bordando un traje, porque va a bailar en la comparsa el día de la celebración, que por cierto, hay una gran fiesta para acompañar la procesión, se arma un escenario y desfilan los diferentes artistas locales.
Mientras pasan los días, tanto ellas como Hernán (el hermano de Celina que está de visita), tratan de ver que pasa adentro del cuartito, porque Selva es muy particular y al señor, nunca lo vieron, es lógico, porque está muy enfermo. La huésped es una mujer de apariencia adinerada, que mira a sus anfitriones desde arriba, con aires de superioridad, pero en realidad está rota por dentro; Horacio está muy grave y fueron para que ocurra el milagro de la sanación… sin importar que pase con la familia del hombre.
Llegado el día, cada uno tiene algo en juego, algo realmente importante para su vida, hay que ver qué pasa con sus deseos. Los intérpretes dejan entrever ese mundo interior, esa mochila que cada personaje lleva en silencio, las luchas internas de cada uno y las dos caras que poseen, la que quieren mostrar y la que por momentos, no pueden disimular, donde se ponen en juego sus emociones más profundas.
Una historia diferente, que trata de mostrar el “lado b” de lo que puede pasar en un pueblo, cuando algún evento convoca tanto, con un fin espiritual o mágico… movilizando a la gente por una ilusión.
Las actuaciones son impecables, cada uno en su rol, desde la tonada, hasta la forma de moverse y relacionarse con el otro, realmente recrean ese lugar remoto, lejos de la gran ciudad, pintan a sus habitantes y logran mostrar la diferencia con quienes no son propios de allí, sino que los mueve una necesidad, cual sea que fuera.
Si bien los intérpretes ya se conocen muy bien, al igual que a la obra, porque llevan siete temporadas en el escenario, la sinergia a la que llegan, muestra también la mano de una directora (María Marull, también autora) que sabe lo que quiere contar.
Un espectáculo que habla de las emociones, de las necesidades más honestas de un grupo de personas, desde el humor. Un texto que cuenta desde los detalles, pequeñas historias y se multiplica, permitiendo relacionar cada cosa, con algo más grande y extrapolarlo a muchos situaciones; una obra que se solventa con excelentes trabajos de actuación y una dirección que tiene muy bien puesto el foco.
La Pilarcita, es una niña santa del Litoral que casi como un hada madrina, concede deseos, quizá no siempre de la manera esperada ¿se animan a pedir el suyo?
Ficha:
Con: Pilar Boyle, Julia Catalá, Mercedes Moltedo y Francisco Ruiz Barlett
Dirección: Maria Marull
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