Lo surreal y la cruda realidad

Un humo denso, la penumbra y un personaje sombrío, espectral, evoca unas palabras que suenan a una sentencia. Así comienza la obra La noche de los perros, ambientada en el área de descanso en una noche en un hospital psiquiátrico cuando Carla (Ligüen Pires) comienza su primera guardia nocturna en dicho lugar. Ingenua, algo risueña pero valiente, la novata psicóloga se tropieza con las problemáticas del sistema de salud mental, sus instituciones y sus métodos, a los cuales deberá hacerles frente. En esta travesía se harán presentes su jefe (Gerardo Gerez), Celia (Paula Rubinsztein) una payamedica/cocinera/secretaria y un paciente psiquiátrico (Pablo Drigo). Es una noche donde una jauría de perros rodea el hospital y hechos irreales van a ir nublando el juicio de Carla y de los que trabajan y viven allí. Afuera acecha la jauría, pero dentro se exponen las miserias y ambiciones laborales y personales que borrar lo moralmente y legalmente permitido.

La obra transcurre en una hora en tiempo real, no hay elipsis, y la trama está bien llevada en un ritmo de relato que por momentos tiene cosas algo previsibles, pero no por eso deja de ser llevadera y sumamente disfrutable como se va bordeando el absurdo y la tensión donde el uso constante de sonidos de perros ladrando es un gran recurso, junto a las luces y sombras, y el humo denso y espectral, generando un clima lúgubre.

Una comedia dramática en la que lo paranormal y lo animal están al acecho interrumpiendo abruptamente las risas de los espectadores. La tensión va en aumento a medida que la obra transcurre y se desata lo animal/irracional hasta su culminación. Es emocionalmente tensa; hay una tensión latente porque da la sensación que cualquier desgracia puede ocurrir en cualquier momento, y ese nerviosismo se nota en las reacciones del público que van de la risa al estupor.  Para generar este efecto de transición emotiva, la obra no solo se vale de los recursos técnicos ya anteriormente mencionados, las actuaciones y las líneas de dialogo, junto al desplazamiento en escena de los personajes, serán de vital importancia para lograr ese efecto deseado en los espectadores. Los momentos irrisorios serán increíblemente ejecutados por Paula Rubinsztein, haciendo que los instantes humorísticos sean el punto fuerte de la propuesta teatral.

La noche de los perros es una ácida sátira sobre la desidia del personal y de los pacientes del sistema de salud, en este caso particular, de la guardia de un hospital psiquiátrico. Donde lo que se pondrá de manifiesto es el peligro inminente a las acciones humanas y su maldad, más que a los ladridos salvajes de la jauría que acecha.

Ficha

Intérpretes: Pablo Drigo, Gerardo Gerez, Ligüen Pires, Paula Rubinsztein

Dirección: Emanuel D´Aloisio

Género: comedia dramática