Si yo encontrara un alma como la mía

Del realismo, lo más puro…una puesta hermosamente cuidada donde el espectador será testigo cómplice de un encuentro atravesado por el amor y el delicioso sabor del deseo. Un hombre solo, que vive solo y solo se acostumbra a su rutina; arregla electrodomésticos hasta que un día decide organizar su caos: Mario llama a Azucena para que lo ayude con la limpieza. El espejo es el otro y en sus soledades, ambos se permitirán conocerse para transformar sus vidas de monotonía y encumbrado hartazgo.

La escenografía que enmarca la trama, con un logrado aprovechamiento del espacio, sitúa a estas dos figuras en un ambiente íntimo y cálido: una sala central con un sillón a modo de recibidor y al fondo, habilitado por la arquitectura del lugar y el efecto de la luz, un espacio que se advierte en otro plano. Ambos personajes con fina delicadeza y naturalidad recorrerán toda el área escénica como así también la extensión de sus vidas en cada encuentro que se dará solo los martes, día pautado para la limpieza. La acción trasladada a los años 60’/70’ regala al espectador ciertos recuerdos como el teléfono de tubo, y las melodías del entrañable Sandro. Un sorteo por la radio y la obtención de dos entradas para el recital será el giro que los acorrale en el hechizo deleitable de la entrega mutua.

Una composición equilibrada, sostenida por excelentes intérpretes que habitan cada detalle con notable manejo de lo teatral y en cada reencuentro logran un efecto que conmueve. Se percibe una dirección de rigor estilístico y sutileza que obtiene un muy buen rendimiento de la propuesta escénica. Cada palabra, silencio, mirada y gesto pensados para manipular sentimientos a partir de la interacción mutua de esta pareja que sabe reflejar, describiendo armoniosamente, escenas de la vida cotidiana. Si bien la sonrisa se mantiene en el transcurso de toda la obra gracias a la calidez y el rendimiento de los artistas, sin duda el recurso del leitmotiv en Mario (Mauricio Minetti) estalla la carcajada. Por otro lado, segura y de hermoso timbre, la actriz (Karina Antonelli) en su papel de Azucena compone su personaje de una manera admirable y ofrece hacia el final un cierre colosal.

Ficha

Mario: Mauricio Minetti

Azucena: Karina Antonelli

Dirección: Verónica Mc Loughlin