La caída
Al momento de tomarse su whiskey de la tarde, una señora mayor, la madre de tres hermanas, sufre una descompensación que la deja en el suelo desparramada junto a su bebida, de ahí al sanatorio y a la circunstancia en la cual se reencuentran las tres hermanas.
El sanatorio, sin presupuesto, está en proceso de desmantelamiento, con lo cual la presencia de doctores y equipos que funcionen es casi nula, esto no es un problema para la enfermera a cargo que redituando esta circunstancia decide alquilar el sanatorio y sus muebles a una productora de cine que encuentra esta locación ideal para filmar una sangrienta película de terror.
Este es el planteo inicial de El fondo de la escena, planteo que funciona a modo de cofre de presentación para ir descubriendo innumerables cajas chinas de posibilidades y sentidos.
La historia que cuenta es la que sucede detrás de la historia, con personajes omnipresentes, pero ausentes, protagonistas que solo se nombran.
Los personajes reales, con cuerpo, muy bien definidos en sus conductas, motivos y deseos, funcionan en sus contrapuntos de manera muy eficaz para construirse y generar modelos de identificación en esta encantadora extravagancia.

El libreto impreciso
Las situaciones, planteos y preguntas que presenta la obra son tan universales como personales, lo encantador es el mecanismo de comedia en que están insertos, mecanismo que los intérpretes ejecutan con evidente complicidad y disfrute atrapando al espectador con un ritmo casi desbocado, que en algún momento cambia a un tono más melancólico o intimista modificando también los rasgos característicos de los personajes.
En el escenario, con muy pocos elementos escenográficos y lumínicos, los actores recrean poéticamente los distintos espacios.
Una obra que entretiene, permeando al espectador con su humor. Que teniendo conciencia de su eficacia la utiliza para deslizar cuestiones tales como los límites de la conducta y de sus circunstancias, de la ineludible llegada de las decisiones y quien las toma y de quien se somete

El fondo  de la escena plantea con mucha claridad la multiplicidad de los sentidos posibles, con mucha gracia al hacerlo y sin ninguna intención didáctica.

Ficha
Actúan: Fernanda Bercovich, Fabiana Brandán, Fiorella Cominetti, Lautaro Murua, Fernanda Pérez Bodria, Catalina Piotti y Santiago Zapata
Vestuario: Soledad Cancela y Jose Vecchietti – La Moderna
Arte: Natalia Byrne y Ezequiel Galeano
Ilumnación: Matías Sendón
Asistencia de dirección: Luciana Castelloni y Abril Tula
Dramaturgia y dirección: Federico Olivera

Género
Comedia dramática