El día D

El fin del mundo se debate en la oficina municipal de un pueblo que queda vaya a saber dónde. Al parecer habría llegado el día en el que todo se terminaría y esta vez sería cierto, no otro rumor conspiranoico. Pero así como eso sería real, también habría un pequeño pueblo, con una montaña mágica que se convertiría en el único lugar seguro de la Tierra, es por eso que más allá de casi no tener habitantes permanentes, se encuentra lleno de gente yendo de un lado a otro.

Horas antes de la supuesta extinción, llega a la oficina de la Municipalidad un periodista, un hombre que dice ser diferente a todos esos locos, hippies… zombis que deambulan en grupos y parecen abstraídos de la realidad, que pululan por las calles. Lo recibe el particular empleado del lugar y no puede concederle ninguno de sus dos pedidos: un llamado telefónico y un vaso de agua.

La charla pone en evidencia las carencias del lugar, más allá de las mobiliarias y prestaciones, que se pueden ver a simple vista ya que todo en esa habitación parece abandonado, sillas, teléfono y muebles añejos, también hay escasez a nivel relaciones interpersonales y empatía.

El recién llegado al entrar cerró la puerta y eso fue un error, porque ahora no podrán salir, no hay forma de abrir puertas ni ventanas, tampoco romper un vidrio porque son lo único nuevo y de máxima seguridad en el lugar. Esto obligará a los protagonistas a compartir y charlar sobre lo que está por llegar. El empleado irá intercalando el lugar con su hermano.

Realmente hablar de temas que rozan la ficción y el suspenso en teatro puede ser algo muy complejo o muy simple, en este tanto el guión como la puesta simplifican el asunto y todo toma un tinte más filosófico y muy humorístico.

Con paredes móviles, de las que se sirven los protagonistas para sumar a la historia, el diálogo que guía al espectáculo, para funcionar requiere de dos muy buenos intérpretes que puedan matizar y poner el cuerpo para expresar lo que pasa y tanto Nelson Rueda como Eduardo Leyrado, lo son.

Desde la dirección se plantea un contrapunto que parte de la energía de los personajes y desde ahí se sientan las bases para que el texto se mueva y sea efectivo.

La magia, las conspiraciones, la superstición y todas las creencias entran en juego cuando el mundo puede estar a punto de extinguirse, sobre todo si se está en el único lugar que puede sobrevivir. Miedo, bronca, dudas, resignación, desafío, incredulidad (o no), etc, cada uno se enfrenta al fin de los tiempos como puede!

Ficha:

Actores: Eduardo Leyrado y Nelson Rueda

Director: Franco Verdoia

Género: Comedia