Destino Praga, estación París

Ficha
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Prensa:
Natalia Bocca
Una cita con la historia
Los reencuentros siempre tienen algo de especial, los hay, por lo general, entre ex compañeros de colegio o facultad, como así también de viejos colegas o ni que hablar, familiares que hace tiempo que no se ven. Sin embargo, no todos los días se reencuentran cinco personas que, 30 años atrás, los unió una causa, unos ideales, una protesta, una manifestación, y eso es lo que sucede en Destino Praga, estación París.
La obra comienza mostrando en una pantalla de fondo, en la que a través de material audioviual se contextualiza, contando qué es lo que había sucedido en Praga, en 1989, permitiendo entender porqué había una muchedumbre de gente, con sonidos de una fuerte tormenta y mencionando que a cinco jóvenes de diferentes nacionalidades, en aquel momento, la vida los unió, algo los emparentó. Aquel año que fue bisagra para la historia moderna y general de Europa y el mundo, porque ocurrió la caída del Muro de Berlín, la reunificación política de las dos Alemanias, el fin del comunismo en gran parte del planeta y otras importantes consecuencias a nivel geopolítico.
En el 2019, este grupo se reencuentra en Praga y Laszlo es el anfitrión local, allí recibe a sus amigos: un italiano, un argentino, un inglés y una francesa. Miradas cómplices, chistes, sonrisas, como si 30 años no hubieran pasado. Cada uno de ellos marcando claramente al hablar el acento de su país, bien distinguible, cinco maneras diferentes de hablar en español.
A medida que llegaban los invitados, se iban ubicando en las sillas distribuidas en la casa de Laszlo, listos para disfrutar las petacas y botellas de alcohol que el dueño de casa iba repartiendo con el objetivo de alegrar aún más la velada de estos visitantes ocasionales tan especiales.
Además, hay una sexta “invitada”, se trata de Eva, pero ella es diferente, pareciera un fantasma que va, viene y el resto no ve. Se la observa cómo era en 1989, sonriente, sosteniendo unos libros, inseparable de su walkman y sus auriculares puestos.
Eva desapareció en el medio de aquella multitud y nunca más supieron de ella. Sobre todo el muchacho argentino del grupo, quien justamente llegó con Eva a Praga en aquel 1989 desde París, se sigue preguntando qué es lo que pasó. En un momento de la obra, se recrea una interesante escena de amor entre él, ya maduro y adulto, y la única Eva de la obra, la de años atrás. El resto del grupo, en cambio, simula no saber qué ocurrió con ella.
Destino Praga, estación París es, en síntesis, de esas historias de reencuentros especiales, nostálgicos, de unir un pasado y presente que parece mucho más corto que lo que realmente marca el calendario. Historias, como este caso, que también tienen su lado B. De algo inconcluso, de un secreto guardado bajo siete llaves, y que aunque hayan pasado 30 años (y siempre y cuando la memoria no falle), puede volver a salir a la luz en cualquier momento.
Ficha:
Intérpretes: Verónika Ayanz Peluffo, Gonzalo Martínez Castro, Germán Tirini, Gabriel Dopchiz, Fernando González, Alexia Martinovich
Dramaturgia: Osvaldo Peluffo, Sergio Faraudo
Diseño de vestuario, escenografía y coreografía: Verónika Ayanz Peluffo
Diseño de Imagen: Florencia Rey (Compañía Faro)
Edición Banda Sonora: Emiliano Rojas – Rion Maret
Realización de proyecciones: Emiliano Rojas
Selección musical: Sergio Faraudo, Osvaldo Peluffo
Fotografía: Julieta Ierullo – Julian Peluffo
Asistente de Dirección: Florencia Rey
Asistentes técnicos: Florencia Rey, Rion Maret
Coordinación artística: Verónika Ayanz Peluffo para Compañía Faro
Prensa: Natalia Bocca
Diseño de luces, puesta en escena y dirección general: Osvaldo Peluffo
Género: Comedia dramática
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