Morder con ganas

Una obra de Sebastián Suñé muy divertida y aguda a la vez. Me encantan los musicales sin superproducción; sin plataformas que aparezcan inesperadamente; sin ochocientos bailarines masificados ni primeras figuras en paños menores. Me produce una profunda admiración  y aún mayor fascinación cuando la magia se produce en la cara del espectador; paso a paso y develando el truco que es tan bueno que entrás plenamente en el juego.

La obra consiste en una sucesión de situaciones en las que sacan a luz distintas versiones de la voracidad humana. Amena, graciosa y por momentos hilarante, es sin embargo inteligente e irónica para ir desplegando nuestras bajezas. ¡Las cosas de las que ha sido capaz la humanidad! se oye, en un momento. Y si, un concepto profundo subyacente es la animalidad de nuestra especie.  Esta faceta  que sublima el mordisco en un beso; las ganas de hundir, matar, ganar a toda costa, dominar se despliegan en escenas cuyo componente principal son  canciones coreografiadas por Juan Diego Bros.

Sobre el escenario desnudo, tres actores: Sebastián Holz, Dolores Ocampo y Belén Pascualini. Tres talentos, unas voces increíbles, versatilidad actoral y vocal y presencia. Indudable el magnetismo de cada uno y la química entre ellos son factores vitales para lograr un trabajo redondo, chispeante y sorprendente. Además de crear en instantes y con muy pocos elementos de vestuario (un trabajo muy preciso y bello) algunas decenas de personajes, se percibe el placer de estar siendo parte.  La música se ejecuta en escena y los músicos son parte activa en algunas situaciones. La obra interpela al público de manera directa; los miran, les hablan e incluso los invitan a participar en un momento; la gente duda un poco, pero luego se anima. La dirección es de  la talentosa Corina Fiorillo. Un espectáculo para reírse de todos nosotros  y disfrutar de principio a fin.

Ficha

Actores: Sebastián Holz, Dolores Ocampo, Belén Pascualini.

Músicos: Piano: Carlos Britez; Tompeta, Violín Y Flauta: Mario Del Risco; Violoncello: Clement Silly