Asesinato para dos

Asesinato para dos

Ficha

  • Datos de funciones:

    Sala Enrique Muiño - El Cultural San Martín - Sarmiento 1551 -
    Sábados 20.30hs
    Domingos 19hs

  • Prensa:

    Marcelo Boccia

 

Son mucho más que dos

Una gran pared de ladrillos, una moderna escalera, un sillón circular con estilo y un gran piano de cola y algunos otros elementos pueblan la escena. Todo indica que se trata de la casa de alguien con dinero, pero no ostentoso, alguien con buen gusto, quien seguramente disfruta de organizar eventos, invitar mucha gente y dar memorables fiestas, un artista o un intelectual seguramente… como el protagonista de la historia hace deducciones todo el tiempo, me sentí inspirada para emularlo.

El escritor norteamericano Alfred Whitney fue asesinado en su casa, cuando llegaba a su fiesta sorpresa de cumpleaños. ¿Quién es el culpable?  eso habrá que verlo, todos los invitados son sospechosos.

El inspector que debería asistir a la escena del crimen tiene dificultades para llegar, es por eso que el oficial Marcus Mascowicz (Hernán Matorra), -quien aspira a ser inspector- aprovechara para implementar todo aquello que aprendió en los manuales, confiando que, de esta manera, demostrara de que es capaz y recibirá el ascenso que tanto desea.

Una vez que llegue al lugar junto con su extraño compañero (a quien nunca veremos), comenzara la acción, irán apareciendo uno tras otro los personajes: Dalilah, la esposa del escritor, la bailarina Barret Lewis y el doctor Griffith, psiquiatra de todos lo que están en el lugar, entre otros tantos; todos ellos interpretados por Santiago Otero Ramos.

Un thriller contado en clave de humor, donde los intérpretes, además de  actuar, son quienes se ocupan de la música en vivo, el piano marca el ritmo de los hechos… si un piano, dos pianistas. Lo que hacen en ese teclado no tiene desperdicio, tocan individualmente, se suceden sin que medie un corte, tocan a tres manos, a cuatro, en personaje, la dinámica que se genera es vertiginosamente extraordinaria.

Gonzalo Castagnino hace un gran trabajo de dirección, logrando que los 90 minutos que dura este musical, el ritmo no cese, los personajes interactúen de manera permanente, el espíritu de Agatha Christie invade la escena, y el espectador se mantenga en vilo.

Los protagonistas, dos artistas que conocemos fundamentalmente por sus trabajos como directores musicales y como pianistas, pero que de un tiempo a esta parte se están animando a otras cosas y les está yendo muy bien.

Hernán crea un pseudo inspector, con ansias de crecer y alcanzar su sueño, es un personaje querible, sus ganas y su forma de actuar dan cuenta de una persona tiernamente entusiasta. Su desempeño al piano no tiene desperdicio y como intérprete de comedia musical, como cantante y actor ha crecido mucho, se supera a sí mismo, se mueve muy bien en escena, muy buen trabajo.

Por su parte Santiago sorprende constantemente, crece, se multiplica, el juego que logra con los personajes y todo lo que eso implica, desde lo corporal, la forma de hablar, las voces, la forma de cantar, cada detalle es cuidadosamente trabajado para poder diferenciarlos en la vorágine que genera la interacción de todos ellos, un timing hiper preciso. Un trabajo impecable, sin fisuras, con este primer protagónico demuestra que su talento no se limita a lo musical, sino que es un artista cabal y puede desempeñarse en cualquier disciplina.

Un espectáculo atrapante, ágil, divertido, un hallazgo en la cartelera porteña, que definitivamente vale la pena ver. Para quienes gustan de los musicales y para quienes no, para quienes aprecian las comedias y quienes disfrutan del genero policial, para quienes se regodean con un piano magníficamente ejecutado y para todos en general, sin dudas es una gran opción.

 

Ficha:

Intérpretes: Hernán Matorra y Santiago Otero Ramos

Dirección: Gonzalo Castagnino

Categorías: Musicales, Reseñas

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