Aceite de mariposa

Aceite de mariposa

Retrato de una mujer rota

Si una mujer no nace, se hace. ¿Qué mujer se construye desde la tristeza de un mundo roto?

Algo duele en esa aparente calma, la tristeza no se hace esperar en la mirada y el cuerpo vencido de una mujer que recuerda los impactos de la vida. Aquellos heraldos negros. Cesar Vallejo escribía: “hay golpes en la vida, tan fuertes…yo no sé!” Pero ella sabe bien cuáles son esas dolencias. Este dialogo con la soledad donde un cigarrillo “rubio” se vuelve cómplice para traer a escena imaginariamente a su madre, el amor de Adrián, Simón y su hijo.

La protagonista grita, llora y repite las frases de su historia. “Me caí de mí y no me levante más esperando lo que nunca llega. ¿Por qué estoy acá donde duele tanto?

Nadie aparece al auxilio de esta soledad, de esta pena tan honda que se traduce en llanto.

Hay una búsqueda para dejar escapar ese vuelo de mariposas que habita adentro de un cuerpo aprisionado en la angustia, aunque la posibilidad de liberación nunca llega.

La puesta en escena y la iluminación acompañan de manera perfecta cada relato de la protagonista, este retrato a la infelicidad y el dolor. El vino solo calma momentáneamente esa tristeza, se aplaca para volver a resurgir con más fuerza que antes.

La obra “Aceite de mariposa” cuenta con la excelente actuación de Thelma Demarchi y la dirección de Ricardo Lago Olivera. Esta obra es para todos aquellos que precien de ver un retrato de una mujer rota y los duelos que regresan cada noche en un franco dialogo con las sombras.

Ficha:

Actuación: Thelma Demarchi

Dirección: Ricardo Lago Olivera

 

 

Categorías: Reseñas

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