Lo inocente y lo genuino

Durante el mes de enero el café vinilo, ubicado en Palermo, ha sido escenario de una serie de eventos musicales. Principalmente se trata de jóvenes músicos argentinos que se suben al escenario para brindar sus composiciones originales y cargadas de emotividad mientras los asistentes disfrutan del espectáculo y de una copa de vino, un café o una picada. El acogedor espacio tiene la tenue luz necesaria para poder disfrutar de la cena, sin quitar el protagonismo a los maravillosos artistas que se nos exponen desde el escenario.

En este contexto, tuve la dicha de asistir a la presentación musical de Sofía Viola. Cantante, música y sin duda maravillosa performer que estuvo, junto a algunos maravillosos invitados en las instalaciones del café. Nacida en la provincia de Buenos Aires y relacionada con el mundo del espectáculo desde los tempranos 11 años, la joven artista nos hace un recorrido musical por Latinoamérica.  Con un repertorio que va dando tumbos danzarines y juguetones desde el bolero hasta el tango, coqueteando con la cueca chilena y algunos guiños vocales a las grandes cantantes de jazz.

En sus letras se combina una crítica sutil y divertida a la cotidianeidad de la vida en la ciudad. Utiliza la agudeza que tiene la inocencia y casi la infantilidad para establecer su criterio y su crítica social con ironía y gracia. Sofía percibe la música como un juego, o al menos así nos lo hace entender. Y siguiendo con sus propias reglas, rompe las reglas, cambia el repertorio, se ríe de sí misma e invita a jugar a sus amiguitos, mientras relata anécdotas sobre la composición de las canciones, tanto las suyas, como las versiones que realiza homenajeando a grandes figuras musicales latinoamericanas. Este recital conto con la participación de Santiago Moraes quien acompañó con la guitarra y de Leoni Zumbo en el piano, principalmente en el segmento dedicado a los boleros. Más allá de la calidad y la calidez de su música y de la maravillosa voz que tiene Sofía, es necesario remarcar la potencia de la presencia escénica y su dulzura y espontaneidad a la hora de comunicarse con el público.

Bien sea para ver a Sofía Viola, o para dejarse sorprender por cualquiera de los otros maravillosos invitados musicales que se presentan, el Café Vinilo es un excelente lugar para refrescarse (en todos los sentidos) del verano, asistir con amigos, disfrutar de las delicias del menú, de la cerveza artesanal y de la buena música que nos propone este maravilloso festival de verano.