Una postura ante la soledad.

¿Cómo se afronta la soledad? ¿Qué herramientas tenemos para sobrellevarla y no sucumbir en el intento haciendo malabares con las exigencias de la vida diaria? ¿Cuánto tiempo se espera detrás de un teléfono que nadie contesta? ¿Hay que aferrarse a la esperanza de volver a ilusionarse?

Estos son algunos de los interrogantes que se  presentan en Me encantaría que gustes de mí, este unipersonal dirigido por Luciana Mastromauro e interpretado por Sol Fernández López, es  una adaptación del libro homónimo escrito por Fernanda Laguna y es la segunda puesta de la compañía Trueno, un colectivo de artistas mujeres surgido en 2019.

El espectáculo habla de Fernanda Rosetti, una profesora de literatura de nivel secundario que vive en un departamento de Once y tiene como costumbre apaciguar sus crisis en medidas de wisky. Su vida alterna entre generar propuestas didácticas a adolescentes, el proyecto de escribir una novela autobiográfica, los altibajos de la conquista y la soledad de un cuarto cuando nada de lo anterior funciona.

Fernanda quiebra el silencio de la sala con un susurro, los efectos sonoros crean un pulso repetitivo como un tambor ritual y el relato en voz grave narra un encuentro con una compañera de trabajo que le dejó intensas sensaciones: el deseo se hace presente en su cabeza y el camino de la obsesión comienza.

Una espera interminable a una respuesta condescendiente que se tiñe de humor ácido y se ejecuta en un espacio escenográfico comprimido. Lo deprimente de su vida también se refleja en el empapelado de flores monocromático y la iluminación con tubos incandescentes.

La actriz logra comunicar perfectamente toda la ansiedad y contradicciones en las que se ve envuelta, entra y sale de la vida social a la vida privada y en cada una tiene una gestualidad propia. Durante el trayecto la obra arranca risas y reflexiones. ¿Cuándo se pierde la última esperanza?.

 

Ficha  

Actriz: Sol Fernández López

Dirección: Luciana Mastromauro