El reloj crudo

La verborragia, el desborde de lenguaje, es una de las formas de la creatividad. Se la reconoce fácil y aunque es desagradable e hipnótica casi en igual medida, es fácil sentirla cercana de alguna extraña manera. Se la puede asociar con la “escritura automática” que mencionó Cortázar o con el “flujo de consciencia” que experimentó James Joyce. Para mencionar algunos ejemplos hiper prestigiosos. Sin embargo, en nuestra cultura, la sabiduría y la sapiencia suelen estar igualadas con su opuesto: lo sucinto. Lo breve y de pocas palabras.

En Noctámbula la obra unipersonal escrita y dirigida por Lucas Ranzani y encarnada por Malena Lopéz, la verborragia es protagonista. Una vez que se abre la canilla del lenguaje y la actuación, la actriz no para: arranca, va para adelante, huye por las ramas, evoca, cuenta, canta, repite, confiesa, miente, dice la verdad, interpreta, explica, conjetura. Sin embargo, y acá está su gracia, si alguien dijera que ese desborde incontenible de palabras es, en realidad, un sistema de relojería; estaría más en lo cierto.

Noctámbula nos presenta a Susana de espaldas, preocupada, sosteniendo un monitor de bebés. Emanando de una pequeña tele colgada del techo, escuchamos el artificioso doblaje latino de una escena de Thelma & Louise que atrae nuestra mirada. Finalmente, Susana se acerca al teléfono preparada para hacer una importante llamada.

La que está del otro lado del tubo, que nunca escuchamos, sin embargo está siempre presente, es Norma. La jefa de Susana y mamá del angelito. Norma siempre que está en uno de sus importantes asuntos acude a Susana. La persona ideal para el trabajo por una condición. Ella es “noctámbula”. Según su marido, “tiene los horarios cambiados” y puede quedarse en vela toda la noche cuidando del angelito sin el más mínimo problema.

Susana llama a Norma porque tiene algo importante para decirle. No quiere que se alarme pero le recomienda que se siente. En el camino de lo que quiere contar, Susana siempre encuentra un punto de fuga para hablar de otra cosa, para mencionar algo al pasar, para desviarse. Norma perdiendo de a poco la paciencia parece que necesita colgar, pero también tiene la misma intriga que el público.

Finalmente, Susana da a conocer la noticia: el angelito habló. Y no habló como un bebé. Habló como un adulto. Ahora el angelito duerme, pero antes, hubo toda una secuencia de diálogos, conversaciones e intercambios que Susana siente el deber de comunicar y Norma quiere terminar de escuchar. En esto se despliega el gran acto de prestidigitación que es la aparentemente desprolija Noctámbula.

2023 fue un gran año para Lucas Ranzani: estrenó dos obras como autor, trabajó en otras dos como actor y se le pueden sumar proyectos de microteatro. El fruto de su ya no tan corta carrera no sólo se ve reflejado en la cantidad de obras en cartel sino también en cierta claridad estilística, en cierta economía poética, en su distintiva eficiencia humorística, en cómo ajusta las perillas.

El unipersonal tiene pocos procedimientos narrativos: está por supuesto, el teléfono; apoya estilísticamente ese pequeño televisor de tubo colgado del techo y, por supuesto, está Malena López. La interpretación de la actriz logra un equilibrio entre irse a la ilustración de lo que narra y anclarse en el presente telefónico. Transforma el espacio teatral como en una ensoñación y, a la vez, compone una Susana completa, creíble y peligrosamente cercana.

Para colmo, Noctámbula, sin pavoneos, ni pedanterías dejá lugar a la reflexión poética. Susana dice que no es buena contando cuentos. Y se refiere a inventarlos. Inventa uno que le cuenta al angelito, pero lo que le cuesta es despegar su experiencia vital de la fantasía. La obra tiene eso de ser lo uno y lo opuesto. Es verborragia y es relojería. Es fantasía y crudeza. Pero nos deja a nosotros pensando en cuál es la máscara y cuál es la cara. Cerrando perfecta pero dejando esos detalles que fueron soltándose en el camino para el espectador, que quizás, sin verla venir, quedará pensando, toda la noche, despierto.

Ficha:

Dirección: Lucas Ranzani

Actúa: Malena López

Género: Drama Unipersonal