Sin lugar para los débiles

Desde hace varios años, Fabio Posca es una cita obligada en la calle Corrientes. Más allá de que su público no varíe mucho en cuanto a quienes lo siguen y quienes no, la realidad es que Posca supo ganar su lugar por la calidad de sus actuaciones que están siempre “al palo”. Esa tensión y efusividad en sus personajes le permite lograr un show super explosivo en cuanto a la tensión que rige en cada presentación.

Como Posca nos tiene acostumbrados, “Lagarto blanco” habla de los excesos de la noche, el sexo, las drogas y todo lo demás. La combinación perfecta para vivir fuera de sí a merced de la joda y la locura. Astroboy, El perro, Angelito son las estrellas de esa noche cargada de historias, como solo Posca sabe contarlas. Desde los aspectos más amplios hasta el mínimo detalle está sugestionado por la habilidad del comediante que utiliza todo tipo de artimañas para captar la atención del público. Este unipersonal cargado de movimientos sin fin hace de la obra un coctel explosivo de humor grotesco y socarrón por donde se lo mire.

Gracias a su diversidad infinita, Fabio Posca sigue generando expectativa y entusiasmo en sus seguidores. Su amplia gama de recursos y su extensa trayectoria sobre el escenario, lo convierte en un artista sublime. Su improvisación e interacción con el público son únicas.

La escenografía es simple pero moderna. Se utilizan varios elementos lumínicos que le dan forma a cada escena. A partir de una pantalla y varios rieles, se aporta mucho color y luminosidad a cada personaje. Esto hace que el vestuario se pueda ir cambiando a medida que avanza el show. Sin embargo, cada personaje se caracteriza por su forma de ser y no por su vestimenta. No entra en juego el cambio de vestuario pero si un look renovado para cada actuación. Esto genera que el foco este puesto cien por ciento en el desarrollo de los hechos.

La puesta de luces y de música es determinante en cada movimiento del actor. Estos elementos generan variados climas de acuerdo a la necesidad de la historia. Desde escenas de recuerdo y muerte hasta climas de rock psicodélico.

“Lagarto blanco” es solo para entendidos. El lagartazo…también.