Amar para contarlo

Una mujer en un bar cuenta historias de amor a quien quiera que se disponga a oirla. «La piel de Elisa», de la dramaturga y escritora canadiense Carole Fréchette, con dirección de Silvina Katz constituye una propuesta diferente en el circuito del off de Buenos Aires.

Quien esté por el Abasto un lunes, día tradicionalmente de ausencia teatral, podrá acercarse al Espacio Callejón. En lugar de ingresar a la sala, la butaca que ocupará será alguna silla o hasta una banqueta en la barra del bar, donde ya estará listo para entrar en acción el músico, Miguel Gomiz.
Allí les encontrará Elisa (Dana Basso), que derribará la cuarta pared para dar comienzo al espectáculo. Elisa recuerda y cuenta sus historias de amor, con humor pero por sobre todo con detalles e imágenes. Evoca y las sensaciones de antaño vuelven a pasar por su cuerpo. El objetivo pareciera ser compartir con las y los espectadores estas historias, que también pasen por sus cuerpos, haciendo sintonía con los recuerdos de cada quien. Pero cada tanto Elisa se interrumpe, se observa en su presente. Interpelará al público sobre sus manos, sus codos, sus rodillas…por esa piel que da cuenta del inexorable paso del tiempo. Esa prueba de que la vida transcurre, que cae sobre todas las personas en algún momento pero con particular violencia sobre las mujeres.

Sin embargo Elisa no está sola. Hay un muchacho (Lisandro Penelas). Un hombre joven que la escuchará con atención para luego comenzar él también a rememorar sus historias de amor. Así durante casi una hora el público junto a los protagonistas saltarán entre escenarios, entre gestos, de nombre en nombre y de beso en beso.

Un interrogante emerge de los monólogos de los personajes: ¿la sensualidad también tiene fecha de caducidad? Contra el miedo y la incertidumbre, los protagonistas se aferran al deseo, al poder de recordar para revivir esas sensaciones en la piel. A la capacidad de amar y, por qué no, a la de contarlo.

Ficha:

Actores: Dana Basso y Lisandro Penelas

Dirección: Silvina Katz