El peso del dolor

Una madre espera frente a la ventana la llegada de su hijo Enrique. Es tarde pero se niega a acostarse para atenderlo y servirle la cena. Elisa, su hija, la convence, mientras Omar, el otro hijo, lee el diario con indiferencia fingida. En realidad está enojado, dolido y harto. Es que son cuarenta años ya del ritual de la espera, de la resistencia al olvido, de la esperanza revivida a fuerza de locura. Cuarenta años del día que el hijo, el hermano ausente partiera a Malvinas, a un viaje sin retorno; un NN bajo una cruz blanca. Cuarenta años también de haber dejado de tener una vida propia para estar envuelto en ese alerta estéril.

‘El visitante’ es una obra sobre la Guerra de Las Malvinas enfocada en los que quedaron, ansiosos por el regreso de los suyos. El disparador principal es el dolor ante la ausencia. El dolor es una experiencia personal e intransferible; no hay una escala de cuánto debe doler algo ni instrucciones de cómo debe sentirse. La mamá se quedó en el tiempo, incapaz de aceptar la lógica de la realidad, creyendo que el hijo va a volver o fingiendo que lo cree, tanto que desvaría. La hija, aniñada como si los cuarenta años no hubieran pasado,  sostiene y cuida la locura de la madre, sin animarse a enfrentarla a la verdad, mientras, en sus momentos de soledad, llora en secreto a su hermano. El otro hijo se convirtió en cínico y derrama amargura oponiéndose a todo, cuestionando pero sin accionar.

Un atardecer entra a la casa un desconocido. Es un vecino nuevo, que llega a ese lugar alejado y rompe la monotonía cíclica de cada día. También se llama Enrique. Pasada la sorpresa inicial, cada uno tendrá una reacción diferente ante esta presencia; ¿puede llenarse ese vacío? Hay alegría, dudas, enfrentamientos. Una ficha nueva modifica lo inmóvil y hace que nada sea igual.

Una obra de gran riqueza visual, donde la estética está cuidada en todos los detalles. Algunos de los elementos escénicos cuelgan del techo; están suspendidos como lo están las vidas de esa mamá y sus dos hijos adultos pero estancados. En la tristeza, hasta una sonrisa resulta obscena; lo lúgubre, la falta de vida está presente en todo momento. Las acciones siguen una suerte de coreografía que, junto a la penumbra, conforman una imagen cinematográfica. Cada personaje tiene una energía y calidad de movimiento particular que exterioriza su interior; a través de los ellos el elenco ofrece un trabajo delicado, emotivo y profundo.

Ficha

Actores: Laura Dantonio, Charlie Lombardi, Rubén Ramírez, Anabella Valencia.

Dirección: Anabella Valencia.

Género: Drama