Una relación especial

Corina Fiorillo nuevamente se pone al frente de un espectáculo que resulta ser un éxito, claramente no es casual. Su forma de trabajar de dirigir, hace que los actores puedan dar lo mejor de sí, que la historia fluya, que todo funcione.

“El vestidor” mantiene a la platea en vilo, expectante porque lo que ven, tiene verdad, las relaciones, la construcción cuentan con un verosímil que se está volviendo un clásico de esta directora.

Todo se da tras bambalinas, entre funciones de una compañía shakespeariana, en Inglaterra mientras transcurre la segunda guerra mundial. Un actor “su excelencia” (Jorge Marrale) que está atravesando una profunda crisis que trastoca toda su vida y Norman, su vestidor (Arturo Puig), un hombre que lo acompaña hace dieciséis años, es quien más lo conoce y se desvive por él, de una manera paternal.

Entre espejos, vestuario, sillones y hasta una tabla de planchar, se van sucediendo los hechos, se van sacando chispas los actores detrás de los personajes, porque sin dudas más allá que la obra y la puesta son de primer nivel, las actuaciones de Jorge y Arturo son sublimes.

El contrapunto que logran en escena, los matices de cada uno y la relación que establecen, son impecables. Mientras Puig le da vida a un hombre con tintes inocentes, paternal y hasta con una vuelta humorística por el mismo carácter que este vestidor posee, Marrale se pone en la piel de un actor que está atravesado por el contexto y su salud tanto física como mental se ven afectadas, sumándole un bombardeo interno al que ya vivían a diario en el exterior.

A esto se le suman otros personajes que los acompañan y complementan. Por su parte la mujer de este actor, también actriz y compañera de la compañía (Gaby Ferrero), quien lo sigue como puede, se preocupa, le demuestra su amor, pero por momentos parece más un tema de costumbre que otra cosa, una mujer que sobrelleva como puede los vaivenes de su pareja. Un trabajo honesto y vívido.

Por otro lado, Margarita (Ana Padilla), la asistente y encargada de todo lo que refiere a la compañía, ella se muestra estricta y dura, pero habrá que ver hasta donde es así, una muy buena composición.

Por último, Irene, la actriz joven (Belén Brito) la que coquetea con su compañero y consecuentemente con el peligro, la que escucha detrás de las paredes y trata de buscar cualquier oportunidad para alcanzar lo que quiere o cree querer.

La música de Ángel Mahler crea el marco para que todo pase, un piano que se vuelve necesario para matizar los hechos.

Un espectáculo que habla de sueños, felicidad, fidelidad, amor… muchos amores y como contrapartida del amor, el dolor, el desengaño y el deterioro del ser humano en el sentido más amplio. Un grupo de gente que, así como todo se venía abajo con los bombardeos constantes, se van cayendo poco a poco por lo que pasa en su interior, pero, así y todo, hacen todo lo que está a su alcance para continuar. Sin dudas vale la pena ver este espectáculo en el que además de ver una linda y profunda historia, van a poder ver a dos actores que merecen cada aplauso que reciben noche a noche.

Ficha:

Con: Arturo Puig Jorge Marrale Gaby Ferrero Ana Padilla Belén Brito
Dirección: Corina Fiorillo 
Música Original: Ángel Mahler