Historias para pensar
Como su título bien lo indica, la puesta se basa en monólogos. Estos monólogos, escritos por su director, Ezequiel Castillo pertenecen a algunas obras que fueron estrenadas y otras que aún no vieron la luz. En esta oportunidad fueron siete las propuestas que se vieron en escena. Todas muy diferentes entre sí, algunos monólogos cortos, otros más extensos, unos más actuados, otros que requerían menos trabajo interpretativo desde lo actoral pero sí desde el modo de plantear el texto.
El abanico de temas es amplio. La ausencia, el sexo, el amor, la discriminación, la locura, la espera, los vínculos, el abuso … tantos temas y tan variados que se van entrelazando unos y otros, delante de nuestros ojos sin siquiera percibirlo.
La propuesta es fresca y entretenida. Cuando uno va a ver una obra de teatro tradicional, sabe que hay un comienzo, un nudo argumental, un desenlace y salvo honrosas excepciones uno va previendo lo que puede llegar a suceder en los próximos minutos, aquí eso no sucede. No se puede prever de que trata cada monólogo, que cuerda va a tocar, ni cuál es el siguiente, todo es espontáneo, vital, enérgico. El nivel interpretativo es bastante parejo, hay algunas actuaciones más descollantes pero en líneas generales es un nivel homogéneo.
Ezequiel Castillo, su autor y director, oriundo de la Ciudad de Mar del Plata, es un obrero de la escena. Tiene una amplia trayectoria arriba, abajo, detrás y adelante del escenario. Su versatilidad y empuje lo lleva a poner un clásico como “Casa de muñecas” de Ibsen en calle Corrientes o llevar una comedia de enredos a Villa Carlos Paz, con el mismo profesionalismo y entusiasmo hace una u otra. En contínuo movimiento, incansable y con varias obras en cartel se hace tiempo para dictar clases de actuación. Ezequiel Castillo, Sequi, como le gusta presentarse en un luchador, en tiempos donde no es fácil llevar público al teatro, el no baja los brazos y sigue apostando. Nuevas propuestas, nueva gente, nuevas ideas, nuevos formatos, todo es vàlido en el mundo de Ezequiel Castillo. Una propuesta muy entretenida.

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