Aveces no alcanza con el recuerdo

En un futuro no tan lejano los ritos funerarios se ven modificadas por la aparición de una aplicación que permite al usuario interactuar con su difunto ser querido. Esto es posible, ya que recupera toda la información que hay esparcida por internet del difunto en cuestión, y la materializa con la ayuda de un actor. El rol del actor es el de personificar al difunto humanizando toda la información que agrupa y procesa la inteligencia artificial. La aplicación Deathbook se presenta como una solución que evita la unilateralidad del duelo, de forma tal que le permite al usuario buscar respuestas y consuelo en la inteligencia artificial detrás de todo.

Transmitida vía streaming y realizada a la distancia respetando el aislamiento, una lejanía que le sienta bien, emplea de forma ingeniosa los recursos y características de las herramientas informáticas actuales, a su vez que estas generan una resignificación de la historia. Integra de forma orgánica las situaciones que pueden surgir en la virtualidad con sus respectivas características.

Al finalizar la obra nos invitan a participar de una charla con Mar Mediavilla y Andrés Passeri, los actores, y Maxi Vecco, el director. Funciona a modo de suplir las diferencias entre la forma de hacer teatro tradicional y esta nueva adaptación, así como también recibir un feedback del público y tratar de conectar con él a través de la pantalla. A dicha charla es invitado Eial Moldavsky, un filósofo que busca enriquecer el diálogo analizando la premisa y el accionar de los personajes con autores como Immanuel Kant, Georg Wilhelm Friedrich Hegel y Jean-Paul Sartre.

La obra de Vecco busca dar un puntapié inicial para reflexionar sobre ética, mutación de costumbres, perspectiva y el factor de humanidad irremplazable por la tecnología. Ideal para verla más de una vez, ya que además de disfrutarla siempre se le puede dar una nueva interpretación.

 

Ficha

Actúan: Mar Mediavilla, Andrés Passeri

Dirección: Maxi Vecco

La experiencia cuenta con el apoyo del Instituto Nacional del Teatro