Ellas se unieron

Por orden de aparición, la dama mendocina, una monja de origen español, una criada mapuche, la viuda chilena, y Remeditos de Escalada de San Martin. Estas damas, en su mayoría de alta clase, se reúnen la Nochebuena del año 1816 con la propuesta de bordar una bandera con la insignia Patria dedicada a los soldados que cruzaran los Andes en busca de la libertad. En un contexto donde la figura del hombre prima como modelo hegemónico y las mujeres se encuentran al servicio del Dios y de la patria, ellas reproducen el orden establecido compitiendo entre sí.

Cada personaje se presenta estéticamente bien definido y con una conducta particular, lo cual permite a las actrices desplegar expresiones exacerbadas de comicidad generando complicidad con el público. Por un lado, el vestuario las homologa con trajes propios de la época ubicándolas a cada una en su rol social, además, llevan en sus cabezas casquetes que deforman sus cuerpos completando la imagen grotesca que manifiesta la disconformidad con la identidad. El vestuario no se queda en lo estático sino que multiplica sus funciones cuando entra en dinámica con las líneas de acciones, se vuelve máscara social, y cambia su significación cuando se transforma en disfraz.

La música escénica esta dada por un piano que toca la monja mientras el resto canta y baila canciones religiosas creando un efecto de contrapunto para aquellas que no creen en lo que corean. Otra oposición evidente es la situación de la criada mapuche, que de tan evidente es negada por el resto, así, frente al grito de ¡que viva la patria!, a ella le brota una cosmovisión distinta, inclinada hacia lo inconmensurable de la naturaleza. Es la más comprensible de todas y a la que intentan explicar el valor de la independencia, sin embargo, su condición de servidumbre es la síntesis de la ambigüedad de esas concepciones universales al servicio de planes militares y socio-políticos. Sobre una muñeca que hace de hijita de Remeditos, se proyectan estos temas que se vuelven endebles como la cabeza de un bebé. Es muy eficaz la manipulación de este objeto y se refleja en las reacciones del público.

Sin intención de encasillar al espectáculo en la estética bufona, se observa que la dramaturgia habla desde la marginalidad a la que estas damas están sometidas frente a una idea de patria que excluye a las mujeres o las perfila en lugares poco deseables. ¿Cuál es la bravura de estas damas? El ardor que les provoca el deber ser de su posición social que, decanta en una burla a la norma evidenciando sus contradicciones.

 

Ficha:

Intérpretes: Mirna Cabrera, Julia Nardozza, Flor Orce, Florencia Patiño, Florencia Pineda.

Dirección: Alfredo Allende

Género: comedia histórica