Exorcismo

Que el teatro… el arte es útil para exorcizar los propios demonios y sana, no es ninguna novedad. CEPO es un claro ejemplo de esto, pone en palabras y acción, vivencias del protagonista en su infancia y adolescencia, quien luego de trabajar los hechos, poder aceptarlos y naturalizarlos, ( y gracias al trabajo conjunto con el director), puede ponerlos en escena, generar un hecho artístico.

El CEPO es un centro de investigación, al cual se va por motu propio y se cobra un interesante sueldo por ser voluntario, la experiencia en principio es simple, el participante ingresa a una cámara Gesell, allí es observado y le van haciendo preguntas desde afuera, van guiando su relato; el hurga en su interior y saca cosas que nunca pensó que expondría, de una manera en la que podría no reconocerse, para el observador, todo parece salir de las entrañas, de lo más profundo del ser.

Es así, como Angel Hernández se explaya, vive y vibra en escena, donde recibe los estímulos del exterior, donde se funde con los divertidos y punzantes registros sonoros externos con los que interactúa. Susurra, grita, se queda estático “así quietito”, corre, salta… tanto física como emocionalmente y hace que el público vaya a su ritmo. Tan “simple” como la emoción a flor de piel constantemente.

Se mueve en una puesta escenográfica simple, solo los acompañan dos elementos y es suficiente, no hace falta nada más, el foco está puesto en otro lado, en que como y desde donde se dice.

Diego Corán Oria se reunió con Angel en el 2011 y surgió el germen de este musical, poco a poco lo construyeron en conjunto, luego él se ocupó de escribirlo y lo dirige, lo conoce de punta a punta. Esto ayuda a darle forma de manera contundente y lograr que todo ocupe el lugar esperado, generando el impacto correcto, posibilitando una cadencia narrativa que se transforma en la cadena de montaje ideal para contar la historia.

En este espectáculo son fundamentales la coordinación y la precisión, es donde entran en juego dos patas fundamentales: la coreografía y los efectos sonoros. De la primera se ocupa Seku Faillace, quien coreografía los movimientos aportando fuerza y emoción, reforzando el mensaje. Por otra parte Jorge Soldera se ocupa de la música original, que no solo incluye canciones, sino también efectos sonoros, compuestos por palabras, música y sonidos, donde cada uno cumple una función y está puesto específicamente. Todo esto requiere un alto nivel de concentración por parte del protagonista para que todo funcione correctamente.

CEPO se estrenó el año pasado en el ciclo de “Mini musicales”, durando 20 minutos, esta vez se presenta en su versión completa de 50, profundizando el mensaje.

Un espectáculo sentido, catártico, que genera identificación y empatía, pero sobre todo, repleto de emoción, que se empieza a disfrutar apenas se cruza la puerta de la sala.

Ficha:

Con: Ángel Hernández

Coreografía: Agustina Seku Faillace Letras: Diego Corán Oria & Jorge Soldera Música Original: Jorge Soldera Libro y Dirección: Diego Corán Oria Producción: Punta Orilla Contenidos