Entre la realidad y la ficción

La obra sigue la historia de tres actores, dos jóvenes que vienen de pelearla juntos que llegaron a ser actores del Virreinato y una actriz grande ya consagrada que está más preocupada por lograr que el Virrey se enamore de ella que de estar en escena. Los tres llenos de ambiciones, en un contexto social que parecía que poco podría ayudarlos.

Finalmente, los tres terminan llegando a sus cometidos, muy distintos entre sí, en el medio del orgullo y la codicia individual de cada uno.

Lo que tiene de interesante esta obra es su texto, su conflicto, mas allá de las muy buenas interpretaciones de sus actores, la forma en que está presentado, es decir, el contraste de la época en que se presenta la historia y este conflicto que es atemporal que hoy está tan presente como sin dudas lo podría haber sido en aquellos momentos.
Ese interrogante de cual es o debería ser el rol del artista en lo social, en el día a día, debe involucrarse con la realidad de su país o debe callarse y velar por él mismo, aunque su voz debido a su profesión pueda sonar un poquito más alto que la de cualquier ciudadano?
Incluso desde el vestuario se puede ver marcada la diferencia entre los actores de quiénes pertenecen a cierto sector de la sociedad y quiénes no.

En cuanto a las actuaciones, debo decir que todos los aplausos se los lleva “Don Pedro” (sin dejar de reconocer a las otras dos actrices que también cumplen muy bien con sus respectivos papeles) por su interpretación y el corazón que pone en su personaje, puede que también incluso porque al final de la historia uno termina encariñándose con él y su rol de revolucionario, sus ganas de luchar hasta el final por sus ideales, por su amor. Párrafo aparte para su escena final, que está muy bien lograda, manteniendo la tensión hasta último momento, sin dejar que el espectador se relaje.

Ficha:

Elenco: Inés Caccavo, Guadalupe Farina, Jorge Ojeda

Dirección general y puesta en escena: Gustavo Armas