Mucho más que dos

Muchas relaciones de pareja suelen pasar por momentos similares: enamorarse, afianzar el vínculo, compartir proyectos, convivir, plantearse la idea de tener hijos o no, imaginar un futuro a largo plazo, y, sí la cosa no funciona, separarse. Así de simple y de complejo. En la mayoría de los casos, ambos intentan acompañarse, entenderse y amarse a pesar de las diferencias. Pero no siempre es tan fácil.

Como en aquella mítica imagen del ángel y el demonio que se posan sobre nuestros hombros para aconsejarnos que hacer, las personalidades de Joaquín y Clara se desdoblan y los enfrentan a diversos dilemas a la hora de actuar: proponer una relación formal o solo compartir momentos para pasarla bien; ser celosos y posesivos o abrir la pareja a otras experiencias; pedir perdón, aunque no puedan ponerse realmente en el lugar del otro o defender una postura en la que creen más allá de los costos; hacerse amigos de la rutina o abandonar el barco cuando la monotonía les dé las primeras señales de tedio; estas, y otras cuestiones deberán resolver sabiendo que en cada decisión se juega, tal vez, la posibilidad de perder al otro.

Ignacio Bresso y Sofía González Gil, desde la dramaturgia, les ponen palabras y cuerpo a estas personalidades desdobladas recreando una dinámica atrapante y, por demás, hilarante. Tanto Joaquín (Renzo Morelli) como Clara (Maria Canale), la pareja de la que hablamos, son acompañados en escena a lo largo de toda la obra por sus dos alter egos: Magdalena Pardo y Ailin Zaninovich por un lado y, por el otro, Francisco González Gil y Andrés Passeri. Cada uno de ellos, sin darles respiro, les dicen qué es lo que tienen que hacer a cada momento; discuten, se superponen e intentan llegar a  un acuerdo enloqueciendo a los protagonistas.

La dirección de Sofía Ganzález Gil es impecable. Logra instalar en escena el ritmo y los climas de esta maravillosa comedia utilizando una amplia variedad de recursos, incluso coreográficos, que hacen que la atención del espectador quede capturada de principio a fin. El desplazamiento y la coordinación de los actores en escena crea efectos realmente sorprendentes y hace que el texto fluya con una enorme naturalidad. Las actuaciones son por demás destacables; el trabajo de interpretación y la entrega absoluta al juego que plantea la obra, hace que se aproveche al máximo cada situación, provocando la risa constante de un público muy atento. La escenográfica, recrea de manera prolija y bien definida el departamento donde se lleva a cabo la acción: una puerta, un sillón, la cama doble, etc.; todos los objetos son funcionales y necesarios. Así como también, los cambios de vestuario, que contribuye a distinguir el paso del tiempo (dado que la historia de la pareja se cuenta desde sus inicios), y, a su vez, logran remarcar la idea de alter egos, vistiendo a los personajes con la misma ropa.

“Así de simple” es una propuesta que lleva en cartelera siete años. Fue nominada a cinco premios Estrella de Mar en el 2018 y sigue haciendo funciones a sala llena. Sin dudas, es una excelente oportunidad para divertirse, reflexionar y pasar mucho más que un buen momento con un espectáculo de calidad.

 

Ficha:

Intérpretes: Renzo Morelli, Maria Canale, Francisco González Gil, Magdalena Pardo, Andrés Passeri, Ailin Zaninovich