Ricardo III,Shakespeare otra vez

Ricardo III,Shakespeare otra vez

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Una versión filosa

Puede que implique un riesgo artístico montar un clásico como los de Shakespeare, sin embargo, el Grupo Matrioshka logra una excelente versión de la tragedia de Ricardo III. Desde el momento en que los espectadores ingresan a la sala teatral, son convocados al juego dramático mediante una especie de ritual corporal que el grupo de actores realiza para seleccionar el clásico que representarán.
El teatro físico guía la presente versión con cuerpos disponibles para potenciar una narrativa trágica desde la agilidad, la percepción y el humor. Ricardo III … es una historia de vida o muerte, y el elenco la atraviesa en un estado de alerta constante que no deja caer la tensión en ningún momento. Se puede deducir también un entrenamiento de la agilidad corporal y del pensamiento poético, necesario para sostener la dinámica en los cambios de escena y de los múltiples personajes, así, el dispositivo teatral funciona a un tiempo filoso y de cortes exactos. Otro aspecto a destacar de las interpretaciones es la composición orgánica de todos los personajes, cada uno con una determinada fisicalidad y un mundo gestual condicionados por el rol social que cumplen en la tragedia.
Es sabido que Shakespeare en sus tragedias incluye roles clownescos, y en la presente versión Ezequiel Olazar y Luciana Cervera Novo le sacan provecho este lenguaje provocando contracciones en las escenas más dramáticas.
El protagonista Ricardo III orienta la acción principal, impulsado por la ambición, engreído y sin escrúpulos, es interpretado por Pablo Goldberg que, con una vasta pisada escénica libera a este crápula de la realeza como a un león a punto de cometer una carnicería en el seno de su propia casta, tendiendo alianzas con aquellos personajes confundidos pero tan peligrosos como el mismo Ricardo, un león hambriento de poder.
Más allá de los momentos álgidos que tiene cada intérprete, el elenco es homogéneo y esto es consecuencia de la mirada de la directora Analia Mayta, ya que todo funciona con una gran precisión y fluidez, todo gesto está aprovechado a su máximo para despertar risas y cierta premura por el destino de estos personajes.
El montaje de las escenas como de los personajes están integrados a la acción dramática generando un nuevo marco de sentido a la representación y al mismo tiempo duplicándola. Así es como, el foco de la escena se encuentra delimitada por un ruedo dónde se desarrolla la historia; luego la representación se extiende hacia la extraescena, sus laterales y la capilla de la sala, diferenciados estos subespacios por luces más tenues siendo zonas de montaje del espectáculo. La capilla se forma al fondo del espacio escénico mediante la disposición de objetos metálicos que se usan para musicalizar, y vestuarios colgados de ganchos uno al lado del otro e iluminados desde arriba por tubos azules. Así, en la totalidad de la puesta escenográfica a cargo de Ayelen Betti y Daniel Betti, se percibe una atmósfera fría semejante a un matadero que resitua la crueldad y la muerte en un diálogo entre el espacio y el texto dramático.
Asimismo, el vestuario contribuye a la lectura del doble juego en la representación. Por un lado, los actuantes visten prendas blancas que los unifica como elenco, por otro lado, cuando habitan algún personaje, soportan grandes capas y prendas exageradas evidenciando la incomodidad de la absurda imagen social de la realeza. De modo que, el vestuario no se agota en su función de caracterizar distintos roles, sino que también potencia el juego clownesco tanto en la proxemia como en los traslados por el espacio. Con el mismo sentido, los accesorios como por ejemplo, las coronas, son sólo las estructuras de alambre, como dejando al vacío los valores hegemónicos que estos representan.
En resumen, se observa en la puesta en escena una síntesis de trabajo grupal coherente y talentoso que, componen un dispositivo poético para contener un texto clásico que se actualiza en el contexto contemporáneo. Esta versión de Ricardo III, motiva a querer ver más Shakespeare y del Grupo Matrioshka otra vez.

Ficha:
Intérpretes: Pablo Goldberg, Luciana Cervera Novo, Mauricio Chazarreta, Natalia Pascale y Ezequiel Olazar
Dirección: Analia Mayta
Género: teatro físico, tragedia, clown

Categorías: Reseñas

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