Elsa Tiro

Elsa Tiro

Ficha

  • Datos de funciones:

    En cartelera

  • Prensa:

    CTBA

 

Rebelarse al realismo

Eugene O’Neill es considerado el padre del realismo dramático en Estados Unidos, cuádruple ganador del premio Pulitzer, murió a los 65 años con un grado avanzado de parkinson. Este personaje, será el centro de la historia contada por Gonzalo Dimaría, pero con ciertas licencias, que pondrán el género acunado por el autor norteamericano, de cabeza.

El (Luciano Cáceres) está internado y tiene un bloqueo creativo, quiere escribir pero no puede… o sí, que algo que nada tiene que ver con su género y eso le resulta tan vergonzoso, que prefiere no darlo a conocer.

Pareciera ser el único paciente en el hospital, teniendo a disponibilidad a cuatro enfermeras. Todos van y vienen en camas marineras de dos pisos, entre cortinados blancos traslúcidos, que generan un doble efecto, por un lado permiten ver lo que pasa detrás de ellos (porque la acción no sólo se dan en el proscenio), sino que también sirven de pantalla para ver cámaras en vivo, tanto de lo que pasa tras ellos, como delante, pero en ángulos a los que el público no accedería de otra manera.

La puesta en escena es muy interesante, utilizando todo el espacio posible de forma que cada rincón cuente algo, que ningún espacio del escenario se desperdicie, los personajes lo habitan en un ir y venir, de movimientos que le aportan sentido a cada escena.

Las batas blancas, se entremezclan con ropa más llamativa de varios personajes que van pasando por la escena, mixeando tiempos y espacios.

Pero hay un detalle, las enfermeras no son tales, sino que es una gran puesta en escena por parte de su esposa Carlotta (Alejandra Radano), para estimular la imaginación de este hombre de letras. La principal asistente del paciente es la hija de “la renguita” (Josefina Scaglione), pero para entender el contexto hay que viajar en al pasado.

Tiempo atrás, Eugene era marinero y sus aventuras de aquel entonces incluían un viaja a Argentina, en el que conoció muy bien los piringundines y a “las chicas” de los barrios bajos, una de ellas fue justamente “la renguita”, personaje que inspiró la historia de “Anna Christie”, uno de sus trabajos más reconocidos. Da la casualidad que esta joven, protagonizó junto al padre de su hija, la primera película porno de la historia, por lo que la concepción de la niña quedó registrada y dio la vuelta al mundo; dicho film estaba protagonizado por un grupo de ninfas y un fauno, también llamado sátiro.

Teniendo en cuenta el gran parecido de la supuesta enfermera con su madre, es que la esposa la contrata, para ver si su marido se vuelve a inspirar y escribe otro gran éxito que la misma Carlotta podría protagonizar.

Todos estos elementos entreverados, dan cuerpo a “Elsa Tiro”, un espectáculo que en su afán de desafiar al realismo, se torna surrealista y no es muy simple seguirlo, hay que prestar mucha atención para comprender la historia.

Solventada en un trío protagónico talentoso y muy afianzado, que tanto la parte de texto, como los cuadros musicales, los llevan adelante e la mejor manera y una dirección (a cargo de Cáceres) que va en la misma línea.

Ellos están acompañados por dos bailarinas: Federica Wankiewicz y Rosina Heldner, más Gabriela Bernasconi al piano, que se acoplan a la perfección y le suman ritmo a cada escena.

Un espectáculo que busca ser diferente y lo logra, una comedia divertida, con grandes intérpretes.

 

Ficha:

Con: Alejandra Radano, Josefina Scaglione, Luciano Cáceres,  Federica Wankiewicz y Rosina Heldner

Piano: Gabriela Bernasconi

Dirección: Luciano Caceres

Género: Comedia

Categorías: Reseñas

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