Las pasiones no se copian

Definitivamente José María Muscari se ha ganado un lugar con el correr de los años a fuerza de crear un sello propio. Sus espectáculos siempre tienen un diferencial, ya sea por la propuesta innovadora, por los elencos multitudinarios o múltiples o por presentar varias puestas de lo mismo en paralelo por ejemplo; también incluye temas de género, la sexualidad en el tapete y otros “temas tabú”, no le teme a nada, siempre levanta un poquito la apuesta y esa osadía bien vale los resultados.

En este caso es una misma obra con cuatro versiones, cada una de ellas con una pareja protagónica diferente: dos hombres (Diego Ramos y Nicolás Pauls), una mujer y un chico joven (Esther Goris y Nico Riera), un hombre con una chica (César Bordón y Thelma Fardín) y dos mujeres (Inés Estévez y Malena Solda), siendo la última opción, el objeto de esta nota.

Un lujoso departamento de dos pisos, mucho blanco, un gran sillón, la escalera blanca en el medio y obviamente la mesita con bebidas espirituosas y otras con carpetas y papeles. Llegan ellas por separado, la blonda Rebeca (Inés), enfundada en un trajecito rojo, con una coleta larga, que se detiene frente a la  platea y haciendo un gesto con las manos, hace que el ruido cese y pronuncia su discurso de cierre de campaña.

Por otro lado Sofía (Solda) con un pantalón verde, camisa violeta y tapado, es la asesora de esta política que aparentemente está por asumir la presidencia, pero también es su amante y esta noche está ahí a pesar que su “jefa” le pidió expresamente que no vaya. Una denuncia de plagio será la disparadora del conflicto, pero quizá no sea la que Rebeca pensaba.

El espectáculo se divide en actos y los mismos son enunciados en una pantalla gigante que hay en la pared trasera del escenario, la misma en la que se van proyectando imágenes de ellas en otras situaciones, contando historias complementarias a los que pasa en vivo; también se usa para presentar y cerrar la obra como si se tratase de una película.

Amores, enredos, mentiras, verdades, locura, pasión, historias paralelas, trabajo, política, amor, lujuria, apariencias, todo se mezcla en esta historia.

La dramaturgia es del mismo Muscari, junto a Mariela Asensio y además de hablar de diferentes tipos de relaciones, picantean a la política y los medios, con comentarios mechados que generan la risa cómplice de la platea.

En lo que respecta a las actuaciones, se sacan chispas, dos grandes actrices que se complementan generando una interesante sinergia escénica, en la que se animan a todo.

Volviendo al inicio, es innegable el sello de José María en este espectáculo, el buen uso de los espacios, el desenfado y la osadía de las protagonistas, son claros índices de que él está detrás de todo.

El director invita desde la pantalla, antes que la acción inicie, a ver las cuatro versiones para tener una idea cabal del mensaje. La idea es muy tentadora, de momento habrá que ir tachando casilleros.

 

Ficha:

Dirección: José María Muscari

Con: Inés Estévez y Malena Solda

Género: Comedia dramática