La resistencia

Mamá peluda se propone reflexionar sobre la maternidad y sus consecuencias en el cuerpo femenino. La puesta en escena intenta mostrar con humor trágico como este rol de ser madre atraviesa la vida de la protagonista que debe desdoblarse para seguir dando espacio a sus sueños y necesidades humanas.

La maternidad es presentada ante la sociedad como un reconocimiento, un mandato social que toda mujer debe anhelar, sin embargo, la propuesta coreográfica pone en evidencia las contradicciones que provoca este rol, mediante movimientos que contorsionan y fragmentan los cuerpos de las bailarinas. Lola Capua y Cecilia Capuzzello representan  dos caras de un mismo personaje, vestidas iguales pero se diferencian por el gesto en el rostro, el agotamiento y la fortaleza para no escapar. Se distinguen por el llamativo pelo despeinado, que denota el caos de pensamientos y sobretodo la inercia de un tiempo suspendido; felizmente el uso de estas pelucas despeinadas se juega al extremo hacia el final de la obra.

Las escenas son distintas situaciones cotidianas que se interrumpen al grito en off de “mamá vení” o se tornan extrañas cuando los cuerpos se automatizan y se vuelven máquinas de producir leche. En este sentido el lenguaje de la danza es funcional para des-subjetivar las corporalidades e ir más allá del lenguaje común, poniendo en crisis la verdad sobre los mandatos de la maternidad. Lo que no se puede decir porque sería impertinente, se revela en las corporalidades fragmentadas que constantemente resisten como si concursaran en una competencia por ser la mejor madre. Las intérpretes están a la altura de las coreografías, pero se recomienda aumentar la proyección de la voz en algunas escenas sobre todo dónde acompaña la música de fondo.

La puesta escenográfica es sencilla, pues con dos cúmulos de peluches se enuncia lo cotidiano de la experiencia que, está apoyada principalmente en la sinergia que expresan los cuerpos en escena. Es una madre que está al borde de perder la estabilidad y eso se observa en el trabajo con el equilibrio no solo físico sino también mental del personaje, pues cuando pierde la dirección del sentido anhela escapar de aquello que es al mismo tiempo su gran amor. Está implícito que es una mujer sola y aunque no sea este el punto de conflicto, se asoma como un punto de fuga en el desierto de la soledad.

Un punto focal fuerte de la puesta es la pantalla de fondo, donde aparecerá representada la televisión, como si esta fuese un dispositivo de escape ilusorio para la atmósfera de encierro en la que vive esta madre. En esa pantalla también se proyectaran imágenes de una mujer de pelo corto con gesto desconcertado, como otro universo de la protagonista, el punto de vista del sujeto de la enunciación desde dónde puede auto-observarse con una liviandad detenida.

Mamá peluda busca contar la experiencia subjetiva de ser madre que es casi intransferible, sin embargo, la obra logra transmitir esa experiencia que es única y transformarla en un acto poético.

Ficha

Intérpretes: Lola Capua, Cecilia Capuzzello y Marisa Villar

Dirección: Marisa Villar y Estela Cristiani

Género: danza teatro