32 semanas

32 semanas

Ficha

  • Datos de funciones:

    Información sobre las funciones, en la cartelera

  • Prensa:

    Duche&Zárate

 

No siempre tenés lo que deseas

El deseo es un motor que mueve las acciones de todas y cada una de las personas. Ir en contra de él es prácticamente imposible, y la persistencia del deseo incumplido es una traba enceguecedora. Muchas veces, los deseos convergen entre distintos personajes, y la felicidad se ata en un cuadro complejo de relaciones. Si a esta reflexión se la mezcla con texto cómico y un elenco con talento para la risa, el resultado es una potente pieza humorística como 32 semanas, obra sobre el mandato, la maternidad y el amor de la pluma de Pedro Gundesen.

Este licenciado en comercio exterior (por suerte) devenido dramaturgo, autor de una docena de exitosas obras, invita en esta ocasión a la historia de cuatro personajes constantes cuyos cruces afectan directa o indirectamente las vidas de los otros tres. Las oposiciones personales se hacen patentes: la creencia y el ateísmo, la tilinguería y la clase baja precariamente alfabetizada, la vida resuelta y el salto de changa en changa. Éstas se materializan con el paso del relato en una historia multifocal. La primera de ellas, la de Majo (Bimbo), una influencer new age de clase alta y empatía baja, narra su deseo de maternidad truncado por las vicisitudes de la mal llamada naturaleza biológica. Martín (Emiliano Carazzone), un realizador audiovisual que vive el día y a día y se involucra ingenuamente con sus clientes. Rita (Juli Bartolomé) por su parte, es una joven recientemente llegada de un pueblo perdido del norte argentino, con nada más que una promesa de un trabajo doméstico y un embarazo secreto en andas. Para completar el cuadro, Danilo (Nelson Rueda), padre ilegítimo de la criatura, es un pastor evangelista de ética cuestionable que atraviesa una crisis de fe y familiar que exhibe la típica falta de empatía de un hombre privilegiado. La falta de esta cualidad de ver más allá de uno será una constante y a la vez la plataforma de una curva de aprendizaje para los protagonistas.

Este viaje de reconocimiento que no casualmente se relata en el transcurso de 32 semanas es posible bajo la dinámica dirección de Pablo D’Elía. Éste convierte opta por un espacio escénico que condensa los tres escenarios principales (más algunos lugares extra para escenas específico). Al centro, un sillon, unas paredes y una alfombra pintan el living de Majo, un espacio de plástico típico de nuevo rico. A la izquierda, con ingeniosa economía, un reclinatorio dibuja la iglesia del codicioso pastor Danilo. Por último, a diestra, unas mesitas versátiles que aparecerán luego por el otro extremo del escenario cumplen la función del café, típico punto de encuentro para celebrar acuerdos frecuentemente espurios. Para coronar con simetría, dos pantallas complementan a cada lado el relato de los personajes, con breves y acertadas intervenciones audiovisuales. Sutiles intervenciones musicales completan la puesta en escena, imprimiéndole tonos a determinadas escenas.

En sí, 32 semanas es de esas comedias que parten con ingenio de estereotipos para develar con acierto la profundidad de personajes deseantes, cuyas risas esconden miserias humanas habituales. El humor bien escrito e interpretado muestra esa cualidad reflexiva siempre valorable cuando el teatro invita a la risa. Con pocos, pero efectivos espacios para la explosión de la carcajada y un constante tono irreverente impreso por un elenco versátil, el espectador puede asegurarse un buen momento y llevarse algo más que una sonrisa.

 

Ficha:

Actores: Bimbo, Emiliano Carazzone, Nelson Rueda, Juli Bartolomé, Armenia Martínez

Director: Pablo D’Elía

Categorías: Reseñas

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