Made in Lanús
Ficha
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Datos de funciones:
Multitabarís COMAFI
Av. Corrientes 831
De miércoles a viernes 20.30hs
Sábados 20 y 22hs
Domingos 20hs
+ de 13 años -
Prensa:
Raquel Flotta Prensa & Comunicaciones
Si soy de aquí o soy de allá
Los 80´ en Argentina estuvieron marcados por el regreso dela democracia y el teatro dijo presente, acompañando este regreso, hablando desde las tablas, reflejando las vivencias y los sentires de los argentinos en un momento de tanta revolución.
Tal fue el caso de “Made in Lanús”, una pieza de Nelly Fernández Tiscornia, que un par de años después del estreno, fue adaptada al cine bajo el título “Made in Argentina”, dónde la protagonizaron los mismos intérpretes del teatro, casualmente (o no tanto), dos parejas: Patricio Contreras, Leonor Manso, Marta Bianchi y Luis Brandoni (quién dirige la versión actual); en su momento fue un éxito y ahora… también.
Corre el año 1985, el patio de una casona de Lanús, dónde no sobra el dinero, pertenece a una familia de clase media en decadencia por el contexto, pero se mantiene lo mejor posible, igual que sus habitantes.
La puesta acerca al público, lo llama, lo incluye, a través de los sonidos, lo gama de colores cálidos y los aromas. Con un canario amarillo en el proscenio, que desde su jaulita musicalizará la escena, una pileta de la que sale agua y una pequeña cocina, donde al encender las llamas, la salsa que se prepara cruje, mientras larga un tentador humo, acompañado de un atrayente aroma para las primeras filas. Mosaicos, puertas altas, una escalera al “cuartito” anexado y una mesa, que será testigo de un encuentro.
También el vestuario grita la época, pantalones altos y mamelucos azules para los hombres, pelo voluminoso, conjuntos estampados y delantales para las chicas.
Mabel (Cecilia Dopazo) y Osvaldo (Esteban Meloni), viven en Filadelfia hace diez años y vienen de visita, tuvieron que emigrar porque él “habló de más” y su país los expulso para que puedan sobrevivir, por lo que este regreso está cargado de emociones, lugares, olores, colores y sensaciones de su vida pasada, de su infancia, su barrio.
Cuando se fueron todos les dieron la espalda, salvo el hermano de ella, “El negro” (Alberto Ajaka) y “La Yoli” (Malena Solda), su mujer, si bien se vieron un ratito en el aeropuerto cuando los fueron a buscar, recién ahora, van a poder charlar y disfrutar un grato y anhelado reencuentro.
Cuatro grandes interpretaciones, dónde cada uno brilla y se ensambla con el resto, un elenco que se siente como una familia, donde todos son muy diferentes y parecidos a la vez, un cuarteto unido por un pasado, con una década de extrañarse y mandarse cartas, que ahora tiene la posibilidad de encontrarse, dando lugar a múltiples sensaciones, recuerdos, realidades y miradas al futuro. El nivel interpretativo y de entrega es muy parejo, aunque vale destacar un monólogo de Malena que gracias al silencio de la sala, deja escuchar los sollozos de los espectadores.
Con un muy buen recorrido escénico, dónde van construyendo su historia, a la vez que reconstruyen una época, por medio de la música, el baile, el lenguaje y las costumbres, se adueñan de todo el espacio.
En recorrido agridulce, que muestra lo bueno y lo malo de haberse ido y haberse quedado, las dificultades, el profundo dolor de la separación, el desarraigo para unos y el ver como su familia se esfuma para otros, la alegría de tener una vida mejor, pero teniendo tatuadas heridas que no cierran y el dolor de estar anclados a una realidad cada día más difícil, donde la posibilidad progresar se aleja con cada minuto que pasa. Cuatro vidas, cuatro sensaciones reflejadas en una frase de Mabel a su hermano, donde ella dice que no le gustan las despedidas en el aeropuerto, porque no quiere que el avión levante vuelo, mientras él mira desde abajo… definitivamente esta imagen, despierta múltiples sensaciones.
El reencuentro marcha como es esperable, pero en un momento, surge una noticia que cambia todo.
Con la dirección de Brandoni, quien conoce muy bien esta historia, la vivió en teatro y en cine hace cerca de cuatro décadas y ahora pone todo ese bagaje en pos de una nueva puesta, sentida, conmovedora, completamente extrapolable a estos días, se puede cambiar la escenografía, actualizar el vestuario, el vocabulario y modificar algunos datos (como la reciente dictadura) y todo lo que se habla, puede pasar hoy, en cualquier familia en la que alguno de sus integrantes se va a probar suerte afuera, mientras los que quedan la reman como pueden.
Una historia que apunta directo al corazón de los argentinos, una historia sin fecha de vencimiento, con una magnífica dirección y actuaciones impecables. Un espectáculo dónde se recorre un amplio abanico de emociones, pero sin dudas es para mirar sin rímel.
Ficha:
Con: Cecilia Dopazo, Malena Solda, Alberto Ajaka y Esteban Meloni
Dirección: Luis Brandoni
Género: Comedia dramática
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