Encadenadas al pasado

Cuando entras a la sala, la escena ya está en acción. Se ve a dos mujeres haciendo lo que parece ser su trabajo. Una anota cosas, habla, chequea el teléfono, remueve una bandeja con algo gris. La otra entra y sale de un cuarto en un costado, desde donde se ve una luz de algo encendido. Ya enseguida nos vamos a enterar de que son las empleadas del crematorio de un cementerio público y que aunque ya es de noche, siguen trabajando porque el horno no anda bien y faltan cremar un par de personas más.

Toda la primera mitad de la obra transcurre con un diálogo entre ellas que nos va develando la personalidad de cada una, el trabajo que hacen, lo que opinan de su jefe, Arismendi, y hasta qué pasó con otra mujer, amiga de una de estas dos y enemiga de la otra. El cementerio está en un pueblo llamado Epecuén, lindante con otro que se llama Carhué, y de a poco se nos devela que entre ambos hay un viejo resentimiento que trajo el agua de una tremenda inundación.

La musicalización y el entorno dado por la escenografía y las luces, nos indican que algo va a pasar, aunque a juzgar por el tono jocoso de una de las empleadas parece que todo es muy normal y todas sus noches son así pero no, algo irrumpe en esa monotonía mortuoria.

La pieza es una obra corta que, cuando encuentra su punto de quiebre, se convierte en algo muy interesante. Este quiebre trae consigo un cambio en los personajes también, cuando se vulnera su cotidianeidad y salen a la luz otras facetas de su personalidad. Quedan ganas de ver más, de que esa segunda parte sea más larga.

Son destacables las actuaciones de Mónica Driollet y Cecile Caillon, que llevan el ritmo de la obra. La sala del Abasto Social Club está buenísima y ofrece un entorno ideal para esta obra, que se complementa con un buen diseño lumínico y sonoro.

La única observación que haría respecto a la puesta, es que no se tiene en cuenta una columna que tapa bastante la visión a un sector de la platea, por lo que desde allí se pierden algunas cosas, quizá sería positivo disponer de otra manera la acción o de ser posible, la ubicación del público.

Ficha:

Actúan Mónica Driollet (Graciela), Cecile Caillón (Esther) y Claudio Depirro / Diego Torben (Arismendi)

Dramaturgia y dirección Juan Mako