La máquina de hacer pájaros

La máquina de hacer pájaros

Música del alma

El 28 de marzo, Niceto Club fue testigo de una noche dedicada a revivir la esencia de La Máquina de Hacer Pájaros, una de las bandas más representativas del rock progresivo argentino de los años 70. A cargo de FMSV (formada por José Luis Fernández, Oscar Moro, Guido Spina, Yanis Matías Vega y Demián Sielecki como invitado), este concierto no fue un simple tributo, sino una relectura moderna y sincera del legado musical de la banda original. no se intentó recrear exactamente lo que fue La Máquina, sino capturar su espíritu revolucionario y su influencia en la escena musical argentina.

La Máquina de Hacer Pájaros, que surgió en 1976 bajo la batuta de Charly García, fue un supergrupo que desafió los límites del rock progresivo con su combinación de complejidad musical, estética vanguardista y fuerte carga política. La banda estuvo formada por García, Oscar Moro (ex Los Gatos y Color Humano), Carlos Cutaia (ex Pescado Rabioso), Gustavo Bazterrica (futuro miembro de Los Abuelos de la Nada) y José Luis Fernández (ex Crucis). Juntos, lograron forjar un sonido único, influenciado por grupos como Genesis, Pink Floyd y Yes, pero impregnado de la realidad social y política de la Argentina de la dictadura.

Su primer álbum, La Máquina de Hacer Pájaros (1976), y su segundo, Películas (1977), marcaron un antes y un después en la historia del rock argentino. Sin embargo, tras el apoteósico recital en el Luna Park en noviembre de 1977, la banda se disolvió, dejando un legado que, a pesar del paso del tiempo, sigue vigente.

Casi 50 años después, FMSV se encargó de revivir ese legado con un repertorio que incluía tanto canciones emblemáticas de La Máquina de Hacer Pájaros como algunas piezas inéditas de la época. La noche comenzó con «Bubilina», una pieza de transición de Charly García que pertenecía a la etapa de Sui Generis, la banda que precedió a La Máquina. Este primer tema sirvió de puente entre las dos formaciones, introduciendo al público en un recorrido sonoro que abarcó tanto lo más conocido de la banda como joyas menos escuchadas.

La nostalgia estuvo a la orden del día, pero también lo estuvo la emoción de ver cómo estas composiciones complejas cobraban vida una vez más. El setlist incluyó clásicos como «Te vi entre las luces», «La ruta perdedora» y «Películas», piezas que mantuvieron la esencia y la intensidad que definieron a La Máquina en su época.

Un momento especialmente destacable que se corre de la propuesta del estilo fue la interpretación de «Ella es bailarina», una canción inédita que García, Moro, Bazterrica y Cutaia solían tocar en sus presentaciones de Películas. La historia detrás de esta canción, en la que el grupo se disfrazaba de banda punk y se hacía llamar «Giovanni y los de Plástico», mostró la irreverencia y la actitud provocadora que siempre caracterizó a la banda. Los fans pudieron ver una versión fresca de este tema que sigue reflejando la crítica social que La Máquina plasmó en su música.

Lo que más sorprendió fue la capacidad de FMSV para conectar con el público, compuesto por diversas generaciones de fanáticos. El show apeló tanto a los nostálgicos de la época dorada del rock argentino como a los más jóvenes, quienes no habían tenido la oportunidad de vivir el fenómeno de La Máquina en su momento. Durante toda la velada, la banda logró recrear el espíritu del rock progresivo, con su complejidad y su audacia musical, pero también supo adaptarlo a las nuevas sensibilidades, manteniendo un toque moderno sin perder la esencia original.

En cuanto al aspecto visual, el concierto estuvo acompañado de una pantalla que proyectaba las tapas de los discos de La Máquina y su icónico logo, sumando un componente estético que complementó la propuesta sonora. Sin embargo, algunas dificultades surgieron en relación con el excesivo uso de luz en el público, lo que restó algo de la atmósfera intimista que caracteriza a las composiciones de La Máquina. A pesar de esto, la calidad técnica del show fue impecable.

La complejidad de la música de La Máquina de Hacer Pájaros nunca ha sido fácil de abordar. FMSV tuvo que enfrentarse al reto de interpretar piezas técnicamente difíciles, pero lo hicieron con gran destreza. La habilidad de los músicos para ejecutar estos temas, que en su época deslumbraron por su virtuosismo y audacia, fue uno de los grandes logros de la noche. Canciones como «Obertura 777», «Marilyn, la Cenicienta y las Mujeres» y «Hipercandombe» brillaron con fuerza.

FMSV, con sus integrantes originales como José Luis Fernández y Oscar Moro, así como nuevos músicos como Guido Spina, Yanis Matías Vega y Demián Sielecki, mostró un profundo respeto por el material original. En palabras de Fernández, este no es un intento de ser La Máquina de Hacer Pájaros nuevamente, sino un homenaje sincero a la música que esa banda produjo.

El recital de FMSV en Niceto Club fue una noche de recuerdos, de emociones y de música en su forma más pura y compleja. Los fanáticos de La Máquina de Hacer Pájaros pudieron revivir aquellos días dorados del rock progresivo argentino, y los más jóvenes descubrieron el poder de una banda que rompió moldes y desafió las convenciones de su tiempo. Este regreso no solo rescató el pasado, sino que reafirmó que la música de La Máquina sigue siendo un refugio para la reflexión, la emoción y la libertad.

Categorías: Reseñas

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