La boda de la hija del presidente

La boda de la hija del presidente

Ficha

  • Datos de funciones:

    Teatro La comedia
    Rodríguez Peña 1062
    Domingos 12hs
    (La Obra + bebida + Tentempié)
    RRSS: Facebook - Instagram

  • Prensa:

    Domènica Producción Teatral

 

El poder se viste de fiesta

Domingo al mediodía y estamos invitados a una boda. Claro que no es una boda cualquiera: esta es “La boda de la hija del presidente”, original, creativa y brillante propuesta teatral escrita por los españoles Juan Cavestany y Juan Mayorga, ahora en nuestro país bajo la magistral dirección de Adrián Cardoso.

Se da comienzo a la función y los espectadores –ahora devenidos en comensales del banquete nupcial- somos invitados a ingresar con un copetín y una copa, servidos por los propios actores (ahora mozos). Poco a poco nos vamos instalando en un señorial salón intervenido teatralmente para los fines. Un músico nos recibe ejecutando un piano de cola ubicado en una esquina del lugar, y ya se va creando un clima festivo y aristocrático que nos acompañará durante toda la velada. Una vez retiradas las copas usadas, el cambio de luces indica que va a dar comienzo a la obra, de la que ya somos parte desde nuestros asientos. Entonces damos paso a la ficción. Y así es como una seguidilla de personajes desfilarán delante nuestro dejando entrever distintas situaciones del entramado de poder que se cuela ineludiblemente en un evento de las características del que somos partícipes aún sin saber cómo, digo, por no pertenecer a tan alta estirpe. Ministros hambrientos por ser los sucesores en la línea presidencial, un acomodaticio comerciante italiano capaz de vender cualquier cosa con tal de hacer negocio, un chofer del primer mandatario con aires superlativos que se codea con una pobre cocinera asalariada, las esposas de unos poderosos que sacan a la luz sus miserias -y las de los demás- mientras arreglan su maquillaje en el baño… son algunos de estos seres cuya prosapia lustrosa los reúne ahora entre copas, platos de autor y baile, para compartir un momento de jolgorio lejos del vulgo ordinario. Los anfitriones están allí, tácitos, pero sus presencias cobran vida en cada rincón del salón, en cada charla de los invitados, en cada pieza musical ejecutada. Porque como en toda boda, serán sus padres –los de la novia- los encargados de velar por el éxito del encuentro.

De eso se trata “La boda de la hija del presidente”, esta interesantísima pieza teatral oriunda de las tierras ibéricas, y que con la muy acertada y sincronizada dirección de Adrián Cardoso, divierte, entretiene y hace reflexionar sobre los artilugios del poder y la hegemonía derechosa que acecha a gran parte de los sistemas actuales. En clave de parodia y sátira también, gracias al maravilloso trabajo de cinco actores de lujo que dan vida a este abanico de personajes variopinto (ellos son: Diego Freigedo, Ariel Gangemi, Sebastián Giuliani, Miguel Haddad y Cristian Sabaz), entrando y saliendo de cada interpretación con absoluta soltura, gracia y agilidad, generan una atmósfera lúdica de la cual somos todos observadores cómplices. El ritmo es dinámico, las situaciones se dan una detrás de la otra posibilitadas por el acompañamiento musical -de Alejandro Weber- que oficia de separador y articulador de los distintos climas de la acción. En esta vorágine festiva, los personajes se “arman” y se “desarman” grácilmente en escena en una suerte de coreografía que es posible gracias al vestuario adaptable de Sabrina López Hovhannessian, facilitando a los actores transformarse rápidamente a partir de la utilización de pocos elementos. El recurso espacial es también muy importante en la obra; Magdalena de la Torre logra apropiarse teatralmente de la sala y ambientarla en el tradicional y aristocrático salón de fiestas donde se lleva a cabo la celebración, sin muchos más recursos lumínicos de los que ya posee. No hace falta nada más; este casamiento de alta alcurnia nos ha convocado y nos encanta estar ahí, espiando un poquito lo que sucede en ese mundillo “supraterrenal” del que no formamos parte claramente, más allá de esta ficción.

 “La boda de la hija del presidente” nos presenta un campo de batallas que no nos identifica pero que identificamos fácilmente, porque es donde se juega el poder, los poderes que envuelven a nuestra sociedad. A través de este evento donde se funda la familia tradicional –el casamiento- simultáneamente se tejen intrigas y alianzas, cuyos beneficiarios son unos pocos, siempre los mismos. Y los espectadores, una vez más –como en la vida- vemos desde afuera como “los otros” se comen el pastel mientras “nosotros” nos relamemos. Para reír a carcajadas mientras pensamos. Imperdible.

Ficha:

Diego Freigedo, Ariel Gangemi, Sebastián Giuliani, Miguel Haddad y Cristian Sabaz
Músico: Alejandro Weber

Dirección: Adrian Cardoso

Categorías: Reseñas

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