Cuando el absurdo se vuelve cotidiano

Un viejo hospital está en sus últimos días de vida. Tres hermanas pasan sus horas allí, esperando que la salud de su madre mejore. Ese lugar es, a la vez, un set de una película de terror. Ellas pasan a ser extras de esa película, casi sin quererlo, casi sin darse cuenta.

“El fondo de la escena” es una obra que tiene muchos niveles de lectura. Una historia con varios focos, en la cual lo coral se destaca. Basada en esa premisa, que parece absurda pero cada vez más parecida a la realidad, la obra reflexiona acerca de las relaciones familiares con sus secretos guardados bajo siete llaves. Sobre el amor, el deseo y la salud mental.

El mecanismo de establecer dos universos, el del hospital y el de la película, provoca que los personajes tengan un conflicto permanente entre quienes son cuando están dentro del filme o cuando son ellos mismos. El caos genera que estas capas de sentido se hagan cada vez más dinámicas y menos reconocibles. Como si la vida misma fuera una gran ficción, o ¿es acaso la ficción una forma de vida?

Con un fantástico trabajo desde la puesta en escena, su director y dramaturgo Federico Olivera plantea un desarrollo espacial cautivante, que da plenamente la idea de ese hospital/set. Con una iluminación fría y blanca, los tubos de luz remiten a un interminable hall de espera, pero también a las luces cinematográficas. El diseño sonoro que permanentemente ambienta el espacio le da vida y movimiento al silencio hospitalario. Mientras que la escenografía es utilizada para crear diferentes ambientes de la forma más creativa y teatral posible. Una puesta que conjuga lo mejor de los dos mundos: el teatral y el cinematográfico.

Las actuaciones son vitales para esta obra, brillantes desde todo punto de vista. Con una construcción muy sólida de los personajes, que a su vez son atravesados por un sinfín de conflictos y todos terminan modificados.

Una obra con una construcción formidable, que abre un universo rico en lecturas posibles. Porque a veces la vida se parece a una película que uno no decidió filmar.

Ficha:

Actúan: Fernanda Bercovich, Fabiana Brandán, Fiorella Cominetti, Lautaro Murua, Fernanda Pérez Bodria, Cecilia Marani y Santiago Zapata

Vestuario: Soledad Cancela y Jose Vecchietti – La Moderna

Arte: Natalia Byrne y Ezequiel Galeano

Iluminación: Matías Sendón

Asistencia de dirección: Luciana Castelloni y Abril Tula

Dramaturgia y dirección: Federico Olivera

Género: Comedia