El Brutalista

El Brutalista

Diseñando la vida

Mientras se escucha una voz leyendo una carta, las imágenes son oscuras confusas, inciertas, todo es caótico, de a poco comienza a descubrirse al protagonista, luego de algunas corridas, sale a un lugar donde la luz lo atraviesa y al mirar al cielo, lo saluda invertida, la Estatua de la Libertad. Así llega László Toth (Adrien Brody) a Estados Unidos, dejando atrás a su Hungría natal, en una posguerra muy dura, que lo obligó a separarse de Erzsébet (Felicity Jones), su mujer y su sobrina Zsófia (Raffey Cassidy), con la promesa de reencontrarse en un mundo mejor.

Nueva York no fue más que una escala para este talentoso arquitecto, que hizo base en Pensilvania, dónde lo recibió su primo Atila (Alessando Nivola), quién le dio techo y trabajo (ambas cosas en su mueblería), pero pronto todo cambia y László debe volver a empezar.

Con el tiempo conoce a Harry Lee Van Buren (Guy Pearce), un millonario con el que arrancó mal, pero finalmente lo contrató para un trabajo monumental que cambiará sus vidas para siempre. Con este hombre vivirá momentos muy extremos, algunos grandiosos y otros para el olvido, siendo su contratista un gran admirador y a la vez la persona que más lo envidia, un hombre rico y poderoso, que cree estar por encima de todo y todo, pero quizá, no es tan así.

El film hace un recorrido puntilloso sobre la vida de quién se supone sería el padre de “El Brutalismo”, un movimiento arquitectónico que usa como base el hormigón armado, creando edificios de gran durabilidad (cabe aclarar que el protagonista es un personaje ficticio).

El director Brady Corbet, pensó no sólo en el manejo del color para contar esta historia, donde los abundantes marrones, grises y tonos apagados, acompañan  lo sombrío del relato; esto junto al uso de los claroscuros, que dejan los momentos brillantes a algunos pequeño hitos. Además todo está teñido por un sutil tono “vintage” que habla de otros tiempos.

También el uso de cámara, realizando algunas tomas puntuales la “cámara en mano” para sumar adrenalina o generar mayor cercanía, sumándole cierta emotividad o incluso recurre al formato “transmisión de TV”, para marcar un hito importante.

Por otro lado el relato está dividido en 3 capítulos para organizarlo mejor.

Las locaciones elegidas, sobre todo para exteriores, son imponentes, teniendo una “perlita” en un viaje a Italia, donde más allá de las callecitas, se visita Carrara, dejando expuesta la magnificencia de la piedra en la cantera.

Uno de los espacios de hecho cobra el peso de un personaje, es el lugar en el que se construye el gran proyecto de Van Buren, que comienza con un enorme espacio vacío, dónde sólo hay paso y una bella vista, pero va mutando y su crecimiento es resultado de todo lo que ocurre.

A Adrien le toca interpretar a un artista (en este caso del diseño arquitectónico), que huye luego del Holocausto, tal como ocurrió en “El pianista” (rol que le valió un Oscar), pero más allá de ese punto de encuentro, los personajes son muy diferentes.

Su trabajo es maravilloso, desde el acento que utiliza, hasta su forma de moverse y expresarse, toda la construcción del personaje, la hace aprovechando el desarrollo y la transformación que va teniendo László durante gran parte de su vida, de una forma encarnada y conmovedora.

Un personaje que busca el mejor camino para estar mejor junto a su familia, un nuevo mundo, un nuevo trabajo, una nueva mirada, pero todo se le hace cuesta arriba y más allá de lo que avance, la discriminación y la mirada del otro tienen un peso que no puede sacar de sus hombros, ni de su corazón.

Pearce hace un gran trabajo como su contrafigura, compone a este hombre lleno de arrebatos, sonrisas, gritos y oscuridad, con magistralidad.

El trío protagónico se completa con Felicity Jones, quién tiene el desafío de estar en una silla de ruedas y que desde ahí se desarrolle una mujer fuerte, decidida, dispuesta a progresar, apuntalar y aconsejar a su marido, siendo una periodista prestigiosa, honesta y frontal.

Obviamente que es un film que deja muchas puertas abiertas para hablar de temas históricos, relaciones de poder y demás, pero se volvería muy extenso.

Es posible que la duración (3.35hs), el ritmo, que no siempre es muy ágil y la temática de esta película, le adjudique amantes y detractores, ya que como todo producto, no es para todo el mundo. La cantidad de premios y nominaciones que ya acumula, pueden colaborar con esta extrapolación y seguramente la pondrán (como ya está ocurriendo) en el ojo de la tormenta para los cinéfilos, pero más allá de la posición que cada uno tome, será difícil que pase desapercibida.

“El Brutlista” se toma su tiempo, para contar la lucha de muchos a través de una persona, habla de la historia de un individuo y la de una época, de superación, lucha, resiliencia, poder y amor entre otras cosas. Está muy bien contada, actuada (por Adrien y el resto del elenco) y dirigida. Exige del público, una pausa y disponerse a viajar a un pasado cercano, para acompañar al protagonista en su viaje. ¿Qué ofrece?… eso, ya lo leyeron.

 

 

Ficha:

Dirigida por Brady Corbet
Escrita por Brady Corbet y Mona Fastvold

Elenco: Adrien Brody, Felicity Jones, Guy Pearce, Joe Alwyn, Raffey Cassidy, Stacy Martin,

Isaach De Bankolé y Alessandro Nivola

Categorías: Reseñas de cine

Escribe un comentario

Only registered users can comment.