Debería llamarse rosa furia

Debería llamarse rosa furia

Ficha

  • Datos de funciones:

    DOMINGOS A LAS 20.30 HORAS
    El Extranjero - Valentin Gomez 3380

  • Prensa:

    Mutuverria Pr

 

Hay cosas que no me quiero olvidar

En este unipersonal, Edelma (Cecile Caillon) se acaba de quedar viuda y va el fin de semana al Tigre a despedir las cenizas de su marido. En esos días reflexiona sobre el tiempo pasado, que cosas le quedaron inconclusas, cuanto se guardó con su marido. A través de un grabador y un labial se descarga y se transforma en una nueva persona.

En la puesta se presenta una casa típica del Tigre, con un gran jardín, el río de fondo, una combinación de perfume de flores, cantar de pájaros, perros que nunca faltan, como tampoco los mosquitos.

El sitio indicado para buscar tranquilidad, tomar las cosas con calma, tiempo para reflexionar.

Ahí Está Edelma reflexionando sobre su vida, una mujer de antes, que se callaba muchas cosas, viviendo a la sombra del marido, que tiene a su vez fuertes vínculos en la política. Ella siente que es hora de dar vuelta la página, con su labial cambia su boca y su interior.

Una carga emotiva muy fuerte, que se siente, que se ve. Una mochila pesada de sentimientos, de momentos no vividos, como bailar y cantar la canción favorita.

El peso que cargan mujeres como ella, una generación que estaba para la casa, la cocina, la ropa, el orden. Todo eso se ve, avanza, encontrándonos en un mundo que sigue mal repartido, pero que de a poco fue cambiando en cuanto a la vida en pareja.

Un personaje muy querible, entrañable, como así también disparatada, graciosa, de esas señoras que encontramos en el barrio, alguna vecina, o alguna tía de la familia.

Señora, en este caso, a la que no le puede faltar un poco ser chusma, espiando a los vecinos, con su mate, con su música, el calor y el cuerpo sudado.

Un trabajo de dirección (Laura Eva Avelluto) excepcional, en el que cada momento marcado se ve como un dibujo, desde que comienza el lápiz a dibujar, hasta que está terminado. En las escenas se crea el clima indicado, viendo el dolor de una mujer que perdió al amor de su vida, que se va transformando en una mujer seductora, que se va soltando, hasta la revolución de las hormonas y del cuerpo, inducidas por los vecinos fogosos.

Una obra que nos muestra una y otra vez cuantas veces nos tenemos que callar, que pensar, que hacer. Lo importante es que no nos falten colores. Saber que somos amor, alegría y furia, mucha furia.

 

Ficha

Elenco: Cecile Caillon

Dirección: Laura Eva Avelluto

 

Categorías: Reseñas

Escribe un comentario

Only registered users can comment.