Celebraré mi muerte

Ficha

  • Datos de funciones:

    En cartelera

  • Prensa:

    Duche&Zárate

 

Mejor sí hablar de ciertas cosas

Tema ríspido si los hay, la muerte. Lejos está la sociedad actual de hallar un consenso sobre cómo debe terminarse la vida cuando el final es inminente, y son pocos los países que han legislado la dirección de que el paciente y su círculo íntimo puedan tomar una decisión en el asunto.

Marcos Hourmann, un médico sexagenario radicado en Europa optó por seguir las indicaciones de Carmen, una mujer terminal, y su hija en 2005, acelerando el proceso de defunción y entrando en lo que quizás fue el capítulo más difícil de su vida. Años y juicios legales después, Hourmann decidió convertir su vivencia en un documental reflexivo con la ayuda de Víctor Morilla y Alberto San Juan, componiendo la obra Celebraré mi muerte, un documento contundente sobre todo lo puesto en juego a la hora de elegir cuándo terminar con la propia vida.

Nacido en Argentina y habiendo desarrollado su carrera profesional entre España y Reino Unido, Hourmann nunca pensó que devendría en un actor. Siendo justos, y en palabras de él mismo en la obra, claramente no lo es, partiendo de una premisa interesante a los motivos del acontecimiento teatral. ¿Qué pasa con el teatro cuando quienes lo interpretan no son actores y lo que se ve no es ficción? La pieza es documental, con una puesta despojada en la que se ve únicamente al médico en el escenario, con una silla para aliviar la exigencia de las tablas y una pantalla que refuerza sus dichos. Se observa en ella fotos familiares, testimonios mediáticos de su proceso judicial y demás elementos que refuerzan la veracidad de su historia. En palabras de Hourmann, la puesta es dinámica y suele cambiar con el correr del tiempo, pero se ha estructurado también con una media docena de sillas donde espectadores pueden observar el espectáculo para luego dar un veredicto. Así lo pide el intérprete: es un juicio y el objetivo es que el espectador lo juzgue.

Sacando los pormenores más propios de lo artístico, la obra es un fenómeno único. Pone nombre y apellido a ese eslabón de la cadena de la finitud, que es el médico que proporciona la llamada “muerte digna”. Hourmann relata con absoluta intimidad detalles de su vida que de alguna forma u otra lo llevaron a tomar esa decisión. No se trata meramente de un ejecutor, sino de un ser humano cuya relación con la vida y la muerte está fuertemente forjada por las vivencias, algo de lo cual nadie está exento. Sin temor alguno a exponer su opinión ante la mirada ajena, Hourmann desnuda su persona al tocar ese tema tan superficialmente abordado.

El texto de la obra se diluye en la realidad de un hombre viviendo la peor de las condenas: la de la incomprensión silenciosa. Esto es, está claro que hay varias posturas sobre el tema, y la obra de su espacio a ello, pero cuando un tema suscita polémicas aun con una restricción legislativa vigente, la penalización está lejos de ser una auténtica resolución. La penalización disciplina ejecutores y omite las angustias del sufrimiento terminal.

Celebraré mi muerte es un acontecimiento teatral con todas las letras. La obra es un llamado a presenciar lo que para muchos puede resultar incómodo, pero que deberán afrontar tarde o temprano. Prepararse para la muerte quizás no es posible de momento, pero sí vale una reflexión por fuera de los caminos habituales. No se trata de verla para convencerse de lo contrario, o reafirmar la propia postura, sino de repensar este hecho universal desde una historia íntima, relatada por su protagonista. A veces, tratar ciertos temas es un acto de valentía, y la envoltura de obra teatral es una excelente excusa para abordar una realidad de la que nadie está exento.

Ficha:

Intérpretes: Marcos Hourmann

Directora: Víctor Morilla, Alberto San Juan

Género: Biodrama

 

Categorías: Reseñas

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