Volveré y seré millones

“Eva Perón pudo haber sido cualquiera, pero yo… elegí ser Evita” dice el personaje. Y esas palabras resuenan a lo largo de la obra: como voces que marchan sobre la calle; voces que levantan y agitan carteles; voces que marcan el paso de una procesión infinita para venerar a la santa de los desprotegidos y descamisados.

Difícil es juzgar un mito. Una narración que supera los hechos y se ve enraizada en el espíritu y en la épica de un momento histórico donde todo parecía ser posible.

Cuando una mujer de esta magnitud trasciende toda temporalidad y se instala en el imaginario colectivo de una sociedad, de un pueblo, de una nación; no hará falta que los manuales escolares la nombren, su historia estará escrita en la memoria de futuras generaciones hasta el fin de los tiempos. Porque muchos nacen para morir; y otros -los elegidos- mueren para vivir eternamente.

En el 50º Aniversario de su fallecimiento, el 26 de julio del 2002, Evita recibe la visita de Estelita Avellaneda. Una periodista que pertenece a una clase acomodada, privilegiada u oligárquica como se solía decir en aquel entonces. En ese encuentro onírico, en un lugar extraño e indefinido, donde el pasado se mezcla con el presente, y a su vez, con el futuro, Evita repasa el camino que la convirtió en lo que fue: sus raíces, sus rencores, sus aspiraciones, su desesperación, su amor y su gloria. Porque sabe que ella fue una llama que ardió; que encendió la esperanza de millones de personas de este país y quizás de otros, que despertó un amor incondicional y, también, un odio irracional en determinado sector de la sociedad; pero sin olvidar, como diría Felipe Pigna -y de eso no hay dudas-  que fueron más los que anidaron ese amor que los que fomentaron el odio.

Alejandra Perlusky encarna a “Evita” con gran solvencia, sensibilidad y magnetismo. Es notorio su trabajo. Dueña de una amplia trayectoria en teatro y comedia musical, logra componer un personaje frágil y al mismo tiempo duro e irreverente. Quien la acompaña, representando varios personajes -entre ellos el de la periodista- es Mónica Lerner. La actriz que formó parte de otras versiones de la obra, en ese mismo rol, con gran ductilidad alcanza a darle a cada personaje un tono distinguido y acertado.

La dirección, a cargo de Diego Rinaldi, busca a través de un escenario despojado, dar una sensación de atemporalidad e indefinición al espacio donde se lleva a cabo el encuentro y, a la vez,  utiliza proyecciones para reforzar con imágenes la importancia y el alcance del mito.

“Yo elegí ser Evita” es una propuesta que nos invita a sumergirnos en la vida de una mujer rompió con los paradigmas de una época, desafío el poder y supo encarnar las ansias de reivindicación y justicia de un pueblo que aún la recuerda.

 

Ficha:

Intérpretes: Alejandra Perlusky, Mónica Lerner

Dirección: Diego Rinaldi