Aquí, allá y en todas partes. Esos clásicos sonidos nuevos

El teatro Maipo lleno, en el escenario esta bajo un telón que tiene en centro al nombre del protagonista y deja vislumbrar que hay detrás, los músicos que acompañaran al artista, las luces cobran vida, la música empieza a sonar y se escucha su voz desde algún lado, no lo vemos, pero está ahí presente, nos canta, nos cuenta… así inicia el concierto de Gerónimo Rauch.
El clima ya está creado, la comunión con el público se da desde el minuto cero, el telón se abre, valijas estratégicamente ubicadas, un sillón y un perchero completan la tan simbólica escenografía. El viaje comienza.
¿Qué fuimos a ver? La presentación del disco que acaba de lanzar, un homenaje a The Beatles ¿un homenaje más? … definitivamente no ¿vemos solo eso?… tampoco. La selección de temas del disco fue muy pensada, tanto como el color que tendría y cuál sería su atmosfera, fue así como aparecieron los bellísimos arreglos de Miguel Ángel Collado. Es tan personal lo que se logro, que en algunos temas hay que esperar varios acordes hasta saber de que se trata. Cada canción, invita a escuchar otra y otra y así sucesivamente.
Gerónimo sabe que sus seguidores quieren… necesitan escucharlo cantar temas de musicales y brinda un elixir, una muestra acotada pero hermosa, recorriendo Los Miserables, El Fantasma de la Opera y Jesucristo Superstar; con cada tema el teatro se queda en un silencio absoluto y al finalizar, desborda en aplausos y vitoreos.
E repertorio no termina ahí, porque tal como cuenta quiere homenajear a quienes lo influenciaron, es así como el tributo se expande… no les voy a contar con que, dejemos algo de sorpresa.
Su trabajo es delicioso, un intérprete que toca almas, que llega, que transmite; su calidad vocal es impecable, su decir no tiene desperdicios. Es notorio que disfruta lo que hace, que las canciones lo tocan, las siente y el “simplemente” las pasa por el cuerpo, por el alma y las deja salir.
Se lo ve más tímido en su rol de anfitrión, quizá todavía no se dio cuenta que también para eso es bueno, su trato con el público es cálido, amigable, se siente como una charla en casa.
En cada show diferentes invitados sorpresa, en este caso Elena Roger, para interpretar juntos “Soñé un sueño” ¿hace falta decir que fue un momento que puso ser auspiciado por alguna marca de pañuelitos descartables?… creo que no.
Lo acompaña una banda maravillosa con su amigo Tomás Mayer Wolf a la cabeza, con los teclados y la Dirección musical del espectáculo, en quien se apoya, con quien trabajan a la par. La completan: Gonzalo Fuertes, bajo; Mariano Cantarini, Guitarra; Jorge Giorno, batería; Jorge Rafael Caldelari y Paula García Presas, violines; Dolores López Mac Kenzie, viola; Pedro Carabajal, cello; Richard Nant, trompeta; Franco Espíndola, trombón; Liana Catalano, bari sax. Todos grandes intérpretes.
La dirección está en manos de Marcos Rauch, su hermano, ese que cuando Gerónimo se fue a trabajar al exterior todavía era un niño, pero el paso del tiempo lo convirtió en un avezado director, cuyas obras han cosechado varios premios y ahí están los dos, dándole vida a este espectáculo compartido, en el que no hay desperdicios.
“Un concierto sin fronteras” es sin dudas un show que vale la pena ver, que se disfruta, que se vive, que se siente, que hace latir al teatro tanto arriba como abajo del escenario. Una perla en la cartelera en esta temporada 2016 que poco a poco se va terminando.

Ficha:

Gerónimo Rauch

Músicos: Tomás Mayer Wolf, teclados; Gonzalo Fuertes, bajo; Mariano Cantarini, Guitarra; Jorge Giorno, batería; Jorge Rafael Caldelari y Paula García Presas, violines; Dolores López Mac Kenzie, viola; Pedro Carabajal, cello; Richard Nant, trompeta; Franco Espíndola, trombón; Liana Catalano, bari sax / Sonido: Mahler Group / Luces: Martín Lavia / Arreglos: Migue Ángel Collado / Dirección musical: Tomás Mayer Wolf / Dirección general: Marcos Rauch / Teatro: Maipo